La disposición constitucional que dice que la Cámara de Senadores es de las provincias, se contradice con la que establece que dos senadores corresponderán al partido político que obtenga el mayor número de votos y el tercero al partido que le siga en número de votos. Los senadores son de los partidos, no de las provincias; no existe diferencia entre diputados y senadores. La partidocracia manda en el país.
Salvo algunos destacados políticos, la Cámara de Senadores nunca ha cumplido su rol de defensa de las autonomías provinciales ni del federalismo. En los últimos sesenta años, su deterioro institucional superó todas las incredulidades. Es un organismo innecesario, burocrático, dilapidador e irrecuperable.
La Cámara de Diputados debe disminuir el número de sus miembros, incorporando un diputado designado por cada provincia, con la responsabilidad de defenderlas del unitarismo y abusos del Gobierno Federal.
Una medida de sana administración y ordenamiento institucional, es eliminar la Cámara de Senadores, mediante una enmienda constitucional.
24/9/2004
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar
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