jueves, agosto 20, 2009

Agro y prosperidad

Son incontables los productos que se originan en el agro: cereales, madera, carne, leche, frutas, dátiles, café, te, arroz, lana, flores, miel, maní, etc. y sus derivados procesados, azúcar, aceites, perfumes, jugos, chocolate, quesos, vinos, pastas, muebles, biocombustibles, etc.
Todos los países defienden al agro, a los productores y estimulan el crecimiento de los saldos exportables, como Estados Unidos, Francia, España, Brasil, Finlandia, Vietnam, etc. por su importancia económica y social.
En Argentina, la producción fue atacada política y académicamente desde la década de 1910, culpándola de los bolsones de pobreza que existían en el país y recriminándole sin distinción, la ostentación de riqueza de los grandes terratenientes. Desde 1945 se difundió la cultura política que la economía agraria es de países pobres, que no aporta mejoras sociales, y que favorece a una minoría, lo que paralizó la producción y las exportaciones.
Esa nociva cultura penetró en el pueblo. Para que el pueblo soberano apoye una política nacional agraria, hay que informarlo del origen del deterioro social y de la pobreza ciudadana, del mejoramiento que generan sus exportaciones, de la caída internacional argentina, y de la naturaleza privilegiada de nuestro país para crecer y distribuir la riqueza, como ya lo demostró. El soberano debe compartir y sostener esa política nacional.

21/8/09


Dr. Marcelo Castro Corbat


segundarepublica@fibertel.com.ar
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martes, agosto 18, 2009

Funcionarios a prisión

Por informaciones periodísticas recientes, se conoce que un ex Intendente de una capital provincial fue encarcelado por enriquecimiento ilícito y su grosera ostentación de riqueza, y que un ex Secretario del Poder Ejecutivo Federal, con decenas de denuncias penales por razones análogas, podría ser encarcelado.
Que se los encarcele no puede ser motivo de festejo, sino de pesadumbre. Esos casos no son aislados pues responden a la cultura viciosa, que disponer de los recursos del Estado abre el camino para beneficiarse con su manejo arbitrario. En Argentina, existe el crimen organizado de funcionarios corruptos, que se sostienen y defienden entre ellos. Los fondos de Santa Cruz, invertidos en el exterior por el último ex presidente, por decisiones administrativas y fallos judiciales la ciudadanía no puede saber como fueron manejados. De ahí para abajo todo es posible. No parece exagerado pensar que hay decenas de miles de funcionarios que podrían estar comprometidos o ser cómplices en esos delitos. ¿Como puede ser que nuestra Nación haya caído en ese nivel de degradación?
El crimen organizado destruyó la estructura del Estado, convertido en un organismo enfermo, ineficiente e incontrolado, que llevará décadas sanearlo y recrear la cultura de servicio civil a la Nación y a los ciudadanos.

19.08.09

Dr. Marcelo Castro Corbat


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Estabilidad política y prosperidad

Ninguna familia ni grupo humano en que sus miembros estén internamente enfrentados puede prosperar.
Argentina, desde la Constitución de 1853/60 hasta 1943 tuvo un orden, con deficiencias y contradicciones. La mayoría ciudadana que combatía a los Presidentes, no cuestionaba el orden sino a los políticos que se adueñaban del poder. Su bandera exigía el respeto a los principios constitucionales y a los derechos políticos de los ciudadanos de participar en la conducción del gobierno y finalmente triunfaron. Existía una razonable estabilidad política y el país prosperaba. La rigidez del presidencialismo impidió en 1930 el cambio institucional de un Presidente disminuido mentalmente, y en 1976 la de una Presidente carente de idoneidad para el cargo.
Corrientes ideológicas de principios del siglo XX penetran en Argentina y el Presidente de 1945 impone la “justicia social”, divide la sociedad en pobres contra ricos, organiza el Estado corporativo y es destituido. Ese discurso trastornó la estabilidad institucional, empobreció al pueblo y lo repite el Presidente de 2009, sostenido por la poderosa corporación sindical.
Desestabilizar el orden institucional, asegura la pobreza del pueblo, que es el soberano. Nuestro presidencialismo latinoamericano y el corporativismo copiado de Europa deben eliminarse, adoptando el sistema parlamentario.

18.08.09

Dr. Marcelo Castro Corbat
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