viernes, septiembre 05, 2008

Prioridad uno: el capital humano.

El progreso de Argentina depende de la calidad de sus hombres. Un país con la población hambreada, y sin educación no tiene futuro. No es el caso de Argentina, pero su deterioro social y la indigencia son inadmisibles.
Se necesitan de diecinueve a veinticinco años para formar una persona que pueda incorporarse a los niveles de civilización actual. Son años de inversión en educación básica familiar, salud, alimentación, educación preescolar, primaria, secundaria y terciaria, material de estudio, desarrollo corporal, contención, docentes y su capacitación, edificios, instalaciones, mantenimiento, instrumental de enseñanza, administración y servicios.
No hay información sobre la inversión necesaria para cumplir con los requerimientos de la educación a cargo del Estado. El paro docente en la provincia de Buenos Aires afectó a tres millones de alumnos, y de acuerdo con la Constitución Nacional, debería ser intervenida institucionalmente. El deterioro de docentes, en comedores escolares, instalaciones, y la violencia entre estudiantes, y a maestros, son noticia diaria. Formar un egresado universitario demanda invertir cientos de miles de pesos por persona.
Solo se mejorará la educación estatal con más inversión por el sector privado, el apoyo de los padres a los docentes y la participación ciudadana en la administración, orden y control de resultados. El Estado solo, es incapaz.

5/9/2008

Dr. Marcelo Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar


N.B.: Se autoriza su difusión

martes, septiembre 02, 2008

Aumentos Salariales

La política salarial en Argentina es un círculo vicioso de pobreza. Consiste en aumentar los salarios en el porcentaje en que crece la inflación. La inexistencia de un índice de inflación confiable, produce crispación entre el gobierno que dice que la inflación no llega al 10% anual, temiendo que aumentos mayores consoliden la espiral inflacionaria y la dirigencia de la corporación sindical que sostiene que es público que la inflación está en el 25%, y que no puede ignorar el malestar de la población.
Ambos son políticamente aliados, no se enfrentarán y llegarán a un acuerdo que mantendrá en el mismo nivel de pobreza a los trabajadores.
Con un pueblo pobre no se recupera el país. El círculo vicioso de pobreza solo se puede destruir mejorando los salarios reales por arriba del nivel de la inflación y aumentando las oportunidades de trabajo.
Destruirlo requiere forzosamente que el sector privado, que sabe en que hay que invertir, invierta para cubrir todas las necesidades que requiere la sociedad, lo que producirá automáticamente una mayor demanda de trabajadores y consiguientemente el aumento de los salarios reales.
Para que el sector privado pueda invertir, necesita disponer de capital, y el único mecanismo posible es eliminar los impuestos que impiden la acumulación de capital privado y su inversión.


01/09/2008
Dr. Marcelo Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar


N.B.: Se autoriza su difusión