viernes, diciembre 14, 2007

Bipartidismo

En la reforma constitucional de 1994, la corporación política insertó el Art. 38, estableciendo que “Los partidos políticos son instituciones fundamentales del sistema democrático”, con lo que se instauró en el país la partidocracia, gobierno por los partidos políticos y se eliminó la democracia del Art. 22, - “gobierno del pueblo por medio de sus representantes” -, porque el gobierno ahora, es de los representantes de los dirigentes de los partidos y no del pueblo.
Lo absurdo del Art. 38, se ha hecho palpable en las elecciones presidenciales y de legisladores del 28/10/2007, donde las boletas de partidos no cabían en las mesas, que en la provincia de Buenos Aires, transcurridos más de cuarenta días, no se terminó el escrutinio y que no pudieron jurar los nuevos legisladores. Esto sin mencionar el desconcierto del pueblo para decidir sobre su voto, considerando que lo corriente es que no conozca ni sepa a quien vota. El contubernio político es la constante.
El sistema democrático no funciona. El voto electrónico es una necesidad impostergable, pero la elección debe ser por circunscripción uninominal, y todos los legisladores, gobernadores e intendentes, deben obtener más del cincuenta por ciento de los votos emitidos o ir a una segunda vuelta para elegir entre los dos más votados.
No hay democracia si los partidos hurtan la voluntad del pueblo.

14/12/2007

Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar

jueves, diciembre 13, 2007

Derecha sin objetivos ni programa

El fracaso político argentino se origina en la presencia de un gobierno corporativo-populista que es una conspiración de dirigentes corruptos; un conjunto de partidos opositores, principalmente socializantes, con personalismos enfrentados entre ellos y finalmente en la ausencia de un partido que represente a la ciudadanía que tiene el pensamiento, los sentimientos y los ideales de la derecha.
El vacío dejado por la derecha es el factor más importante en el fracaso político argentino. Al país le falta la pierna derecha y no puede avanzar solo con la izquierda, integrada por un populismo socialmente deformante, más un izquierdismo con ideas ya perimidas.
El objetivo de la derecha es la elevación cultural de cada ser humano, su mejoramiento material y el respeto de su libertad, en lucha contra el vasallaje que le impone el Estado.
El programa de acción inmediata es: a) eliminar la pobreza en que está sumergido el pueblo, lo que demandará cinco años; b) extirpar la corrupción del Estado, destructora de los valores culturales y c) modificar la Constitución para impedir la autocracia presidencial. Recuperar el nivel de riqueza que tuvieron los argentinos, en la comparación mundial, demandará veinte años.
La derecha es una exigencia para ordenar políticamente nuestro país.

13/12/2007

Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar

martes, diciembre 11, 2007

Brecha entre gobierno rico y pueblo pobre

El ente más rico del país, el mayor dilapidador de la fortuna y del trabajo de los argentinos, el máximo corruptor de las costumbres y la cultura social, es el Estado Nacional. Es el mayor exponente de la brecha entre muy ricos y pobres. Hace ostentación de sus ganancias mostrando cifras astronómicas de superávit a costa de la pobreza de la población, sueldos insuficientes a sus empleados, médicos y docentes, pero pagando sobresueldos escandalosos a algunos de sus funcionarios políticos.
También hace ostentación de los más de cuarenta mil millones de dólares colocados en Europa, con los que se financian inversiones en países del primer mundo, cuando la economía de nuestro país está en crisis por falta de inversiones. Los préstamos que consigue por intermedio de Venezuela duplican la tasa de interés que le pagan en Europa.
Lo dicho, sin mencionar la desvergüenza pública de los fondos de Santa Cruz transferidos al exterior, que son un secreto de Estado y la corrupción en subsidios, contratos y obras públicas.
La riqueza del gobierno, sostenida con la pobreza del pueblo es una maldición. Los que están en el gobierno, no renunciarán al poder político ni a participar de los beneficios que genera disponer de esa riqueza. En defensa del pueblo, hay que luchar para que el Estado vuelva a ser austero.

11/12/07

Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar