viernes, noviembre 09, 2007

Opresión estatal y pobreza

La sociedad organiza mediante acuerdos comunitarios la forma de defender su territorio, armonizar los conflictos internos y estimular el trabajo y la creatividad del hombre para el progreso material y espiritual de la sociedad. Aparece así un ente etéreo que se denomina genéricamente Estado, cuya única justificación son esos concretos objetivos. Pero el Estado se integra con hombres, ávidos de autoridad y poder, que lo convierten en opresor de la sociedad que les delegó facultades. La opresión al trabajo surge de las decenas de miles de exigencias burocráticas nacionales, provinciales, municipales, impositivas, laborales, etc., cuyo cumplimiento la población debe afrontar. La sociedad se resiste al abuso estatal, tratando de liberarse de esas exigencias. La opresión a la creatividad surge de la absorción por el Estado de capitales privados, cuya inversión daría sustento material para que fructifiquen nuevos proyectos e ideas que generen oportunidades de trabajo y amplíen las fronteras intelectuales. La falta de inversión condena a la pobreza. Finalmente, la corrupción estatal crea una cultura antisocial, de conflictos internos y de deterioro económico. En Argentina, el Estado es el primer causante del empobrecimiento del pueblo.

09/11/2007

Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar

jueves, noviembre 08, 2007

Reservas y Endeudamiento

El Gobierno sostiene mediante compras, un precio arbitrariamente alto del dólar, devaluando sistemáticamente el peso, política que la justifica con la expresión “tipo de cambio competitivo” para subsidiar exportaciones no competitivas. Esa política crea numerosas distorsiones económicas perjudicando a la población. Las dos más importantes son: el empobrecimiento de los asalariados y jubilados, que cobran en pesos devaluados y el impulsar el proceso de inflación.
El crecimiento de reservas en divisas de Argentina, se asemeja al de los países petroleros y exportadores de productos primarios, por lo que el artilugio cambiario tendrá la vida del auge del comercio internacional. Esas reservas, hoy financian inversiones de países desarrollados. Se sigue perdiendo la extraordinaria oportunidad que la empresa privada argentina invierta en el país, creando riqueza y oportunidades de trabajo.
No obstante el auge, el Gobierno sigue endeudando al país. La deuda triplica las reservas y se acerca al monto que produjo la cesación de pagos del año 2002. Si cambia el entorno internacional, aparecerán las dificultades de cumplimiento y Venezuela, socio político, se volverá exigente.
Argentina necesita un giro de timón para evitar caer en un nuevo estancamiento que le requiera otros diez años para reponerse.

08/11/2007

Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar

martes, noviembre 06, 2007

Partidos Politicos

La Convención constituyente de 1994, demostró que la exigencia de convocar a una Convención para reformar la Constitución es un salto político al vacío. La ciudadanía no sabe y no tiene tiempo ni tiene capacidad para analizar que es lo que se pretende reformar y la Convención, por vía interpretativa, resuelve lo que a los convencionales circunstancialmente les parece.
En 1994, se injertó el Art. 38, declarando “los partidos políticos son instituciones fundamentales del sistema democrático”, lo que no pasa de ser una vulgaridad. Antes de cumplirse diez años de su sanción, los partidos políticos estaban en crisis y en el 2007, las dirigencias partidarias, penetradas de amoralidad y corrupción, impiden la democracia. Se han creado cerca de mil partidos políticos, por ser un oficio rentable, recibir dinero del Estado, facilitar los contubernios, estar cerca del poder y beneficiarse con la corrupción. Hoy el sistema se denomina despectivamente “partidocracia”.
La reglamentación del Art. 38 endureció el sistema, y es crudamente defendida por las dirigencias. Los insensatos convencionales de 1994 creyeron que un artículo resolvía los problemas políticos.
El Art. 38 debe ser eliminado de la Constitución y deben dictarse las leyes para permitir la reforma política. No resuelve nada llorar sobre la leche derramada.

06/11/2007

Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar