viernes, septiembre 11, 2009

Política nacional y políticas de Estado

Todo emprendimiento humano tiene un objetivo, y para concretarlo debe definir que es lo que tiene importancia decisiva para lograrlo, designada como estrategia y, como ejecutarla venciendo los obstáculos que se presentan, denominada táctica.
En Argentina, el objetivo se definió hace 150 años, estableciendo “promover el bienestar general y asegurar los beneficios de la libertad para todos los hombres”. Hubo un consenso generalizado, que fue la Política Nacional; vinieron inmigrantes de todo el mundo, se basó en el esfuerzo personal, el país atrajo inversiones y se convirtió en un gran exportador, prosperó y avanzó en el bienestar general y en la libertad ciudadana.
Hace sesenta años, cambiaron los parámetros políticos: el objetivo se centró en la “justicia social”, dividió a la sociedad en pobres contra ricos, se instauró un sistema corporativo y se implantaron Políticas de Estado, circunstanciales, que estancaron el país y que perduran en la actualidad.
Sin bienestar general ni respeto y libertad ciudadanos la “justicia social” es una grotesca falsedad política, visible en el escandaloso empobrecimiento de la mayoría de los argentinos. En nuestro país, el soberano debe definir qué tiene importancia decisiva para lograr el “bienestar general” y exigirlo como Política Nacional. El soberano debe saber que se logrará en dos décadas.

11.09.09

Dr. Marcelo Castro Corbat

segundarepublica@fibertel.com.ar
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miércoles, septiembre 09, 2009

La presidente y sus legisladores

La señora que ejerce el cargo de Presidente (Jefe Supremo de la Nación) fue designada por su marido que, siendo Presidente, usó los mecanismos autocráticos que la Constitución le otorga. Es el presidencialismo latinoamericano, origen del desorden político y social en que vive la región.
Si la estructura de poderes se hubiera basado en el sistema parlamentario, la señora difícilmente hubiera sido designada Jefe de Gobierno, porque sus parlamentarios habrían evaluado su idoneidad como “responsable política de la administración del país” y su lucidez para resolver los inevitables conflictos sociales.
Los conflictos sociales crecen en Argentina, y los legisladores oficialistas se autodestruyen, votando con argumentos mañosos las leyes que exige la Presidencia, sabiendo que sufrirán en carne propia el costo político. Son las reglas de juego de nuestro presidencialismo.
Si el sistema de gobierno fuera parlamentario, después de las elecciones del 28/6/09 que perdió la Presidente, el Parlamento, encabezado por los representantes oficialistas habría decidido su reemplazo, respondiendo a su percepción política, la voluntad del soberano y sin quiebre institucional.
Hasta tanto se elimine el sistema presidencial, el desorden político continuará con sus oprobiosas consecuencias para la Nación y sus ciudadanos.

09/09/09

Dr. Marcelo Castro Corbat

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lunes, septiembre 07, 2009

¿Cuanto costó la delegación de facultades?

La aprobación por la Cámara de Diputados y por la de Senadores de la delegación de facultades legislativas en el Poder Ejecutivo, muestra lo inestable de nuestra estructura política e institucional.
Votaron por su aprobación, diputados que en las últimas elecciones aparecieron como acérrimos opositores, como algunos de las agrupaciones Solidaridad e Igualdad, Encuentro Popular y Social, Diálogo por Buenos Aires, Proyecto Sur, de Chubut y Tierra del Fuego. Una senadora, votada para que se opusiera a la delegación, permitió con su firma la aprobación por el Senado.
El cambio en la votación no se basó en una nueva reflexión institucional sobre el tema. Aparece como un contubernio político de compensaciones por el apoyo prestado al Poder Ejecutivo. Si así fuera, las compensaciones implican crudamente un aumento arbitrario del gasto público, un mecanismo de dilapidación, un envilecimiento político y la eventualidad del delito de malversación de fondos y de corrupción. Un tema tan trascendente, como es la violación de la voluntad del soberano y las compensaciones, requiere ser investigado por la justicia, el Congreso y la Defensoría del Pueblo.
La democracia en Argentina es una ficción, porque el pueblo es ignorado por sus falsos representantes.

07/09/09

Dr. Marcelo Castro Corbat

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