viernes, mayo 29, 2009

Impuesto a las Ganancias


Como decía el líder comunista chino Deng Xiaoping, “el beneficio es el principio básico de la vida económica”. Si una empresa privada no tiene ganancias, no puede invertir en ampliar su producción, ni en mejorar su personal y tampoco conseguirá atraer inversores.
En Argentina el impuesto a las ganancias tiene una tasa del 35% sobre las ganancias contables. Como el índice de inflación superó el 20% anual, las ganancias contables de la empresa están abultadas con ese índice, lo que eleva la tasa del impuesto sobre ganancias reales al orden del 45%. En USA la tasa es del 35%, en países europeos ricos es del 24/28% y en los menos ricos del 10/19%. El sistema impositivo argentino es una ignominia.
Argentina es un país empobrecido y sin inversiones. Ese impuesto ataca directamente la posibilidad de inversión de la empresa nacional y la creación de oportunidades de trabajo, estimula la fuga de capitales al exterior, es escuela de corrupción y de la cultura de la evasión. Una corrección de rápido beneficio para la sociedad es disponer que las inversiones productivas o de efecto social que los contribuyentes realicen en el país, sean computadas como pago a cuenta del impuesto a las ganancias.
Muchos otros males que afectan a la economía argentina deben corregirse, pero con algo hay que empezar.

29.05.09

Dr. Marcelo Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar
NB: Valoramos recibir su opinión

martes, mayo 26, 2009

Ajuste a la Empresa Privada Nacional

La inflación, el desgobierno interno y la llegada de la crisis mundial, producen las tensiones sociales en que vive la sociedad argentina. Tanto el gobierno como la corporación sindical coinciden que el factor de ajuste de la economía debe ser la empresa privada nacional. Rechazando el ajuste salarial, imponen el ajuste empresarial.
Para concretar el ajuste de la empresa privada, el gobierno le fija precios máximos, impuestos, trabas administrativas, restringe exportaciones, impone directores incompetentes en empresas privadas, mientras estatiza empresas quebradas, otorga subsidios corruptos, mantiene empresas estatales que dan millones de pesos de pérdida diarios y crea nuevas. El porvenir es ruinoso.
La corporación sindical completa el ajuste exigiendo mejoras salariales, indiscutibles por la inflación, y prohibición de despidos ignorando la crisis.
Las empresas privadas nacionales son chicas, medianas y grandes. Son la herramienta social para proveer a la población de los bienes y servicios que necesita y para generar oportunidades de trabajo. Si se las arruina, los empleados y sus familias terminarán siendo, trágicamente, el factor de ajuste.
Argentina debe asegurar temporalmente el ingreso de los despedidos y facilitarle a la empresa privada que invierta, cree empleos, produzca y exporte. No se necesitan ajustes, sino correcciones.

26.05.09


Dr. Marcelo Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar

NB: Valoramos recibir su opinión.