viernes, junio 06, 2008

El discurso politico esperado

La historia política de los últimos sesenta años, se ha caracterizado por el denominado “doble discurso”, que podría sintetizarse diciendo que es el que proponen y proclaman líderes políticos para ganar elecciones, sabiendo que lo que proponen no podrá cumplirse, o que no se preocuparán en cumplirlo, o que viven en las tinieblas de la falsedad de sus propuestas.
Salvo honrosas excepciones, el discurso político es intrínsecamente mentiroso o ignorante. Las campañas políticas son competencias de quien ofrece más utopías, descubre más enemigos del pueblo o dice más trivialidades. Nada se puede construir con el engaño, y la corrupción electoral. Es despreciar la sensatez y comprensión de la ciudadanía.
Al pueblo hay que presentarle crudamente la enferma situación social, y que esta calamidad nadie puede revertirla en corto tiempo. También hay que insistir en otra gravísima carencia: que el país no tiene rumbo, viviendo abrumado por las urgencias y desórdenes diarios, lo que le impide cimentar su futuro y paraliza a su población.
El discurso para el país debe ser de esperanza y veraz, no tramposo. En cinco años se puede absorber la desocupación y la pobreza, y en no menos de veinte años se puede recobrar la calidad de vida del pueblo. La ciudadanía lo puede hacer, con una fuerte inversión privada, eliminando impuestos.


06/06/08

Dr. Marcelo Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar

N.B.: Se autoriza su difusión

miércoles, junio 04, 2008

Estado, sociedad e impuestos

Todo dinero que el Estado nacional cobra a la población es nocivo, ya sea porque le disminuye los ingresos que necesita para atender sus necesidades de vida diarias o porque le limita su capacidad de ahorro e inversión para construir y mejorar su futuro.
Con la perversa frase “los impuestos son el costo de vivir en sociedad”, un presidente norteamericano, socialista filo comunista, justificó el Estado de bienestar, gigantesco y omnipresente. Sorprendentemente, en Argentina la frase se sigue repitiendo como dogma, a pesar que el Estado nacional se ha convertido en un factor distorsionante del tejido social, de la prosperidad de su población, y de la recuperación cultural, moral y económica de la Nación.
El Estado argentino está enfermo, y es imposible que se recupere si se siguen utilizando las mismas recetas que produjeron sus enfermedades. El desorden institucional generado por el Gobierno federal se sustenta con los impuestos que cobra en todo el país, empobreciendo a sus habitantes.
Está en gestación una rebelión fiscal contra el Estado nacional. Para evitar una crisis política mayor, la imposición de derechos y contribuciones debe ser atribución exclusiva de las provincias, las que deben proveer a los gastos de la Nación, los que deben limitarse a los referidos a las relaciones exteriores, la defensa y vigilar el cumplimiento de la Constitución.

04/06/2008

Dr. Marcelo Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar

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lunes, junio 02, 2008

Cultura política de la derecha

El pensamiento de los ciudadanos argentinos que responden a las raíces políticas de la derecha, es de origen cultural, lo que determina su evaluación de los temas temporales y las soluciones que propone.
La cultura de derecha puede esquematizarse diciendo: - la libertad, la dignidad y los derechos individuales son inalienables - el progreso material, espiritual y social solo se alcanzan con esfuerzo – hay que ahorrar e invertir para crear oportunidades de trabajo y mejorar los salarios – ni el Estado ni la caridad producen el bienestar social – los desiguales talentos humanos hacen inevitables las desigualdades sociales - todos los ciudadanos tienen derecho a la igualdad de oportunidades – los desposeídos deben ser socialmente atendidos - el delito de corrupción debe ser extirpado – para defender la democracia, hay que modificar el sistema electoral - la ley y los maestros deben respetarse – los padres tienen responsabilidad en la educación y conducta de sus hijos – el nivel educativo y de instrucción deben elevarse para mejorar la calidad de vida y para cumplir con las responsabilidades cívicas – hay que enmendar las cláusulas constitucionales y las leyes que impiden el bienestar general.
Del esquema anterior surgen numerosos caminos, que en lo profundo, son los que ha seguido la humanidad para su progreso.

02/06/2008

Dr. Marcelo Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar

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