viernes, abril 13, 2012

LOS SUBSIDIOS - 1

El festival político electoral de subsidios al transporte, gas, electricidad,
combustibles, bienes de consumo masivo, etc., se acabó porque al Gobierno la plata ya no le alcanza.
Ahora recurrirá a la emisión por el BCRA, después de haber esquilmado a los jubilados y organismos estatales, y generado  el exilio del ahorro de los maestros, del servicio doméstico y de los medianos y grandes ahorristas. Desde La Quiaca hasta Ushuaia: invierten en monedas extranjeras o en “ladrillos”, creando la burbuja de precios de viviendas y alquileres.
Las inversiones nacionales o extranjeras para producir bienes y servicios de alta tecnología, abaratar costos para competir internacionalmente y elevar la calidad de vida del pueblo, carecen de significación.
En el Gran Buenos Aires, se incentivó el gasto en servicios públicos con precios inferiores a los que paga la población del interior del país. Para pagar    los subsidios, el Gobierno aumentó los impuestos a todos los argentinos, ricos o pobres, pero sin investigar quienes reciben los fondos. Deben eliminarse.
Lo importante es que el “ajuste” no lo sufra  el pueblo, sino los culpables: el Gobierno y el Estado, dilapidadores, ineficientes y corruptos.    
Hay otros subsidios que deben ser eliminados, algunos transformados en crimen organizado,  que comentaremos en próximos epigramas.



Dr. Marcelo Castro Corbat
Centro Segunda República
segundarepublica@fibertel.com.ar


NB: Valoramos recibir su opinión. Si coincide, difúndalo.
Por la cantidad de opiniones recibidas, se demora n/ contestación.

miércoles, abril 11, 2012

NUESTRAS CRISIS POLÍTICAS

El historiador R. Cortes Conde analizando el tema, considera que el origen de las crisis se inicia en 1943 con la revolución que entronizó a Perón y desato la ambición reeleccionista de los presidentes. Es una visión parcial  de nuestra historia política.
Argentina vive una interminable crisis política desde 1810. Los dirigentes se mataban por la conducción del ex Virreinato hasta el fusilamiento de Dorrego y la muerte de Lavalle. Apareció Rosas, reelegible indefinidamente y en permanente guerra interna hasta que es vencido en Caseros. Urquiza sanciona la Constitución de 1853 diseñada por Alberdi siguiendo el modelo de EEUU y es designado Presidente. Guerrea contra Mitre para aplicarla. En 1860 acuerdan modificarla y Mitre es nombrado Presidente. Siguen guerras con caudillos del interior. En 1884 el Presidente Roca impulsa a su cuñado Juarez Celman a la Presidencia para facilitar su reelección después del interregno constitucional de seis años. Juarez Celman organiza el “unicato” político, rechazado por la ciudadanía, y no puede resolver los problemas del país. La revolución de 1890  lo expulsa del poder, En 1905 los radicales hacen una revolución reclamando el derecho de voto de la ciudadanía, sin éxito. En 1930, el Presidente Yrigoyen, físicamente discapacitado, es destituido. Siguen decenas de revoluciones, golpes de palacio, y   acuerdos viciados entre políticos, que son  espurios y rechazados por la población, que siguen hasta el año 2011.
Resumiendo los 201 años políticos: 50 años de crisis y guerras internas y 151 años regidos por una Constitución que creó un  presidencialismo fuerte proclive a los excesos, que altera el equilibrio de poderes, ignora que el gobierno es de la ciudadanía por medio de sus representantes y anula el federalismo.
En EEUU los Estados tenían poder político y sus representantes eran fuertes defensores de los derechos y libertades de sus Estados y de sus pobladores, lo que era reconocido y aceptado por el gobierno central. En Argentina las provincias no tenían capacidad para enviar representantes por lo que contrataban a porteños a  los que designaban “alquilones”. Los porteños designaban desdeñosamente a las provincias como “los trece ranchos”.
El Presidente Washington inició  la tradición de solo dos mandatos presidenciales,  respetada por los que lo sucedieron, hasta que apareció el populista F. D. Roosevelt que se hizo elegir cuatro veces. Cuando murió, el Congreso enmendó la Constitución estableciendo el máximo de dos mandatos.
En Argentina, el poder institucional y los recursos los tiene el Presidente, que influye sistemáticamente en la designación de los gobernadores y legisladores al Congreso. La estructura y funciones presidenciales han seguido creciendo hasta ser hoy una autocracia presidencial, sin control parlamentario. El Presidencialismo argentino no tiene ninguna similitud con el de EEUU.
Cada día se levantan más voces para remplazar: nuestro sistema  presidencial autocrático por el parlamentario y el centralismo unitario por la forma federal de gobierno. Los que defienden al presidencialismo sostienen que el parlamentarismo también tiene defectos, lo que es verdad porque no hay ninguna  obra humana perfecta. Pero el grado de deterioro institucional que sufre el país, requiere una reforma constitucional.

Dr. Marcelo Castro Corbat
Centro Segunda República
segundarepublica@fibertel.com.ar

lunes, abril 09, 2012

CÁMARA DE REPRESENTANTES (DIPUTADOS)

“El pueblo no gobierna sino por medio de sus representantes” (CN. Art. 22). En la Cámara de Diputados hay 33 bloques de partidos políticos: 4 que tienen 11 miembros o más; 14 tienen entre 2 y 7 miembros y 15 tienen un solo miembro.
A esta dispersión de partidos, que es un desorden institucional, se añade que al votar leyes,  algunos representantes chocan con su bloque: son autónomos, gobiernan sin representar al pueblo.
“No habrá  transferencia de competencias, servicios o funciones sin la respectiva reasignación de recursos” (CN. Art. 75, inc.2, penúltimo párrafo) La Cámara de Diputados aprobó la transferencia del servicio de subterráneos a la Ciudad de Buenos Aires sin reasignarle los recursos.  La votación de la transferencia es una violación institucional que perjudica la vida de la comunidad.  
a) Los Representantes deben cumplir con el mandato que  el pueblo les otorgó y ser sancionados si no lo cumplen. Su elección debe ser por circunscripción uninominal, y su control por el pueblo.  
b) Usar resquicios legales para violar la  Constitución es una aberración política que inexorablemente deteriora la armonía social.
La Constitución, ¿Para Que?



Dr. Marcelo Castro Corbat
Centro Segunda República
segundarepublica@fibertel.com.ar


NB: Valoramos recibir su opinión. Si coincide, difúndalo.
Por la cantidad de opiniones recibidas, se demora n/ contestación.