viernes, julio 04, 2008

La oligarquía

El gobierno de pocos, ejercido por personas pertenecientes a un mismo grupo, que detentan el poder absoluto, se denomina oligarquía. Son los poderosos que ordenan la sociedad en su beneficio político y económico.
En Argentina hay dos oligarquías constitucionales, la partidocracia y la de segundo nivel que es la corporación sindical. La partidocracia necesita apoyarse en grupos corruptos a los que beneficia, como son las dirigencias gremiales, algunas empresariales, las tropas de choque y el crimen organizado de funcionarios deshonestos con cómplices cercanos al poder.
Conforman una nueva oligarquía impúdica, que tiene aprisionada a la ciudadanía. En las últimas seis décadas, se desarrollaron, salieron a la luz y se las denominó despectivamente las “patrias”.
La nueva oligarquía impide el progreso del país. Produjo la caída de la economía, del producto bruto per cápita aumentando la pobreza, aumentó el endeudamiento del Estado, su ineficiencia y la dilapidación. Deterioró la educación, la salud, la vivienda, y la seguridad. Finalmente socavó la cultura de conductas éticas y de responsabilidad ciudadana.
La república, la democracia y la prosperidad son incompatibles con la oligarquía. La ciudadanía debe enfrentarla; no importa el tiempo que se requiera para eliminarla.

04/07/2008
Dr. Marcelo Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar

N.B.: Se autoriza su difusión

miércoles, julio 02, 2008

¿El líder o el mesías?

El líder es una persona a la que la sociedad reconoce como jefe, pero previo a ello la sociedad ya ha definido el objetivo que el líder debe cumplir. La ciudadanía argentina vive en el caos político y social. Reclama un líder, esperando el advenimiento de un mesías imaginario que resuelva todos los problemas, y en quien depositar una confianza ilimitada e inmotivada. Es una utopía.
La frase histórica “Primero las ideas, después los hombres” es categórica.
Rosas restauró las leyes, Urquiza institucionalizó el país, Yrigoyen impuso los derechos políticos ciudadanos y Perón prometió la justicia social. Todos fueron líderes de la voluntad popular. Como la sociedad cambia, y los líderes mesiánicos, no, todos terminaron mal.
La política en Argentina está pervertida. Es una lucha de dirigencias para tener los beneficios del poder y en esa lucha, la mentira, la violación del espíritu republicano y las leyes, la corrupción, la anulación de las instituciones y el vergonzoso pago a votantes con fondos públicos, son una constante.
La deformación política es producida por la ausencia de un proyecto que resuelva la pobreza de la población y le de esperanzas de un futuro de bienestar. La sociedad lo está esperando.

02/07/2008

Dr. Marcelo Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar

N.B.: Se autoriza su difusión

lunes, junio 30, 2008

El hombre y el estado

El hombre es el núcleo de la sociedad humana. Es el permanente creador, inquisidor, transformador, soñador, egocéntrico, esforzado y luchador. Siempre está y estará insatisfecho por no poder organizar la comunidad para evitar las distorsiones que existen en el cuerpo social, ni poder concretar cabalmente sus ideales personales.
Para superar la primera insatisfacción, desde hace cien años, hay políticos que insisten en organizar la quimera del Estado benefactor, que generaría el bienestar general en toda la población, distribuyendo equitativamente la riqueza, dando a unos lo que saca a otros, mecanismo catalogado como sociedad de suma cero. Para lograrlo, el Estado debe controlar todas las actividades sociales y económicas lo que crea un monstruo que restringe la libertad y convierte al ciudadano en un prisionero dependiente del Estado. Por las experiencias vividas, el Estado es incapaz de producir el bienestar general y el progreso social.
El hombre se encoleriza contra lo que le impide alcanzar sus ideales, siendo los más obsesivos su independencia personal y el respeto a su dignidad.
Ignorar esta realidad deriva en conflictos humanos. El mejoramiento social y concretar los ideales personales es una lenta y dura tarea del hombre en libertad. El Estado debe concentrarse en vigilar el respeto a la dignidad.

30/6/2008

Dr. Marcelo Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar

N.B.: Se autoriza su difusión