viernes, junio 22, 2007

Gatos y Ratones

Argentina, país de maravillas, está fuertemente condicionado por ideologías o credos de una parte minoritaria de sus habitantes, pero que son activistas prepotentes en las calles, disponen de los recursos del Estado o de sus corporaciones y dominan medios de comunicación. Todos coincidimos que se debe mejorar la salud, la educación, los salarios, la vivienda, etc., pero cuando se busca la solución, los activistas son absolutos: son funciones indelegables del Estado. Olvidan los permanentes fracasos del Estado y el deterioro social que ha producido.
El colapso del Estado comunista chino y la indigencia de su pueblo, forzaron la reforma social de China, basada en mecanismos de tipo capitalista, y en tecnología. El vigor de la famosa frase de Deng Xiaoping, “da igual que el gato sea blanco o negro, lo importante es que cace ratones” produjo el crecimiento económico chino e incorporó a la clase media, a cientos de millones de habitantes. En Argentina lo importante es la educación, la salud, la tecnología, la producción y mejorar los ingresos del pueblo. Son temas no ideológicos, que debe resolverlos el sector más competente.
Los activistas violentos, y los ideólogos del actual gobierno, son ciegos y sordos. No se preocupan por la pobreza de los habitantes ni por ofrecerles la esperanza de un futuro mejor.

22/6/07

Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar

miércoles, junio 20, 2007

Circulo Vicioso Cambiario

La devaluación del 2002 empobreció a todos los habitantes del país con ingresos fijos, asalariados, jubilados, clase media, y desocupados, estimados en el setenta por ciento de la población. En los años posteriores, se mantuvo la política de seguir devaluando el peso, para mantener un “tipo de cambio real competitivo”, expresión sarcástica para ocultar el manejo arbitrario del tipo de cambio, que beneficia a sectores exportadores de productos “con valor agregado” y aumenta los precios del mercado interno. Los productores que sustituyen importaciones, tienen un mercado cautivo, sin competencia internacional, aumentando los precios internos. Se añade a lo anterior, la compra de dólares con emisión monetaria para que no caiga su precio. Estas políticas generan inflación, fuerte especulación cambiaria contra los intereses nacionales y debe devaluarse para mantener el “cambio competitivo”.
Para combatir la inflación, el Gobierno recurre al inútil control de precios, ignorando que la devaluación del peso es el germen del empobrecimiento ciudadano. Además tiene que dar vía libre a las corporaciones sindicales para exigir aumentos salariales, que inexorablemente serán inflacionarios.
El sostenimiento arbitrario del tipo de cambio, se ha convertido en un círculo vicioso que impide el desarrollo económico sostenible en el tiempo.

20/6/07

Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar