jueves, julio 07, 2005

Presos Politicos

La guerra civil sufrida por nuestro país se inicia antes del año 1970, y termina después de 1980 en que el gobierno aniquiló la subversión. Durante el gobierno de Lanusse, el ejército revolucionario cometía sistemáticamente asesinatos a traición de personas que no compartían sus ideas. Esto obligó a custodiar celosamente a Cámpora, candidato a Presidente, para evitar que fuera asesinado. La llegada de Perón fue un baño de sangre que lo obligó a aterrizar en un aeródromo militar. Perón, Presidente constitucional, expulsó de Plaza de Mayo a los revolucionarios hablando detrás de una vidriera antibalas; cambiaba todos los días su camino a la Casa Rosada. Isabel Perón ordenó aniquilar a los revolucionarios, lo que fue refrendado por todos los miembros de su gabinete y políticos.
Los presos políticos que hay en nuestro país, cuyo número tiende a aumentar, son personas que cumplieron las órdenes de la Presidencia de la Nación, combatiendo la subversión. Los excesos cometidos son propios de estas guerras, como pasó en Argelia. Lo maligno es que no estén presos los que desencadenaron la guerra civil, lo que significa la aparición en el país de presos políticos, prohibidos por la Constitución y tratados internacionales. Hay que olvidar las tragedias de la guerra civil y no reavivarlas.
Los derechos humanos son una justificación perversa de los presos políticos.

7/7/2005

Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar
Centro Segunda Republica
Te.: 4815-8584

martes, julio 05, 2005

Presidir la Miseria

Con la mitad de la población en la pobreza o indigencia, la caída del nivel de vida de la clase media y el ejército de desocupados, no se puede esperar la recuperación del país.
El gobierno no hace nada efectivo para modificar esta situación. La mejora que muestran algunos indicadores económicos es producto de la coyuntura internacional favorable para algunos de nuestros productos primarios y del tipo de cambio devaluado, que impulsa algunas exportaciones a costa del deterioro del sector asalariado y de la caída de la inversión del sector privado productivo y de servicios.
La existencia de decenas de miles de pordioseros pululando en las calles de todas las ciudades del país, y de millones de ciudadanos sostenidos con míseras jubilaciones y planes trabajar, es una perversidad inaceptable. El gobierno está presidiendo la miseria del pueblo y no parece preocupado para que este escenario cambie. Los discursos electorales son ficciones de defensa del pueblo.
Hay un solo camino para terminar con la miseria, que es producir un fuerte aumento de las inversiones del sector privado, que absorba la desocupación y termine con el nivel de pobreza y miseria, pero el gobierno marcha en sentido contrario.

5/7/2005

Dr. Marcelo J. Castro Corbat
Segundarepublica@fibertel.com.ar
Centro Segunda Republica
Tel.: 4815-8584