miércoles, agosto 29, 2007

Inclusion social

Todos los preocupados por los desequilibrios e injusticias sociales, reclaman que los más carenciados deben tener derecho a acceder a los beneficios materiales y espirituales que ofrece el espectacular avance de la civilización humana. Los reclamantes son actores políticos, opinólogos, universitarios, representantes de iglesias, analistas, sindicalistas, etc.
Culpan a la mano negra perversa conformada por los ricos que se benefician con la pobreza de los carenciados, o a países dominantes que se enriquecen apropiándose de la riqueza nacional, impidiendo que el pueblo salga de la pobreza. Son ideas sustancialmente falsas, como lo demuestra la cantidad de países más débiles que Argentina, que tienen mayor cantidad de ricos, y cuya población vive con niveles de bienestar del primer mundo.
Los grandes responsables de la pobreza e indigencia son: los gobiernos populistas-estatizantes-prebendistas y las corporaciones sindicales que los apoyan, que están profundamente penetrados por la corrupción. Se apoderaron del poder, violan el espíritu republicano y las leyes, impiden el progreso social, destruyen la dignidad del trabajo y del esfuerzo personal, dividen al cuerpo social y se benefician con la dependencia o esclavitud de los pobres.
La inclusión social solo se logrará dando libertad a la ciudadanía para que invierta creando riqueza, oportunidades de trabajo y mejoras salariales.

29/8/2007
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar

martes, agosto 28, 2007

Presupuesto 2008

Algunos tratadistas de Finanzas Públicas acuñaron la frase “El presupuesto es la ley de leyes”, y se sintieron orgullosos con su frase. La realidad es que los presupuestos nacionales son un mamotreto que nadie sabe lo que contienen, agravado últimamente por la facultad delegada inconstitucionalmente por el Congreso al Poder Ejecutivo para modificarlos.
La confección del presupuesto se inicia por el pedido del Director de Presupuesto de cada ministerio o sector público, del cálculo de gastos de cada dependencia. El Director, sin controlarlos, los ordena y los eleva al Ministro, que no los controla, pero puede incluir gastos para sus proyectos nuevos. Los presupuestos ministeriales, sin control, los ordena en miles de hojas, el Director de Presupuesto de la Secretaría de Hacienda, la que eleva el presupuesto, sin controlarlo, al Ministro de Economía, el que, sin controlarlo, lo eleva al Jefe de Gabinete, el que, sin controlar, lo eleva al Presidente, el que, sin controlar, lo envía al Congreso, el que sin controlar lo aprueba a libro cerrado, observando solo temas puntuales.
La evolución del PBI y el cálculo de los recursos son dibujados sin que nadie los controle. Es el delirio.
La Auditoria General de la Nación, dependiente del Congreso, debe tener como responsabilidad primaria, controlar la verosimilitud del presupuesto e informar al Congreso de sus falencias. Los funcionarios responsables del control, deben ser sancionados administrativa y penalmente por el incumplimiento de esas obligaciónes.

28/8/2007
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar