jueves, mayo 29, 2008

Centralismo y desintegración territorial

El centralismo de la ciudad portuaria de Buenos Aires, produjo la separación e independencia de la Banda Oriental de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
El predominio de Buenos Aires sobre el resto de las provincias se basó en el cobro a todo el país, de los derechos de Aduana. Este sistema fiscal unitario, hoy perdura, agravado con la creación de nuevos tributos que cobra el Gobierno federal en todo el país. El empobreciendo de las provincias, su despoblación por la emigración interna y la ficción de sus poderes políticos constitucionales, las hace dependientes de los recursos y disposiciones del Tesoro nacional.
Hay provincias con potencialidades económicas y humanas, que se expandirían si el Gobierno federal no las entorpeciera, y esto crea irritación ciudadana. Los últimos decenios muestran que los sistemas políticos centralizadores son superados por la fortaleza de los que defienden sus derechos, llegando a los extremos de la búsqueda de su independencia política. Argentina no es un mundo distinto, por lo que hay que restaurar el reconocimiento de la filosofía del federalismo, para evitar caer en el extremo.
La estructura de impuestos nacionales es un impedimento para la prosperidad. Social, política y económicamente no es sostenible.

29/05/08

Dr. Marcelo Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar

N.B.:Se autoriza su difusión

martes, mayo 27, 2008

Conduccion de la economia

Durante 63 años, desde Mayo de 1945, hasta Mayo de 2008, la economía fue dirigida por 58 Ministros, con las designaciones de Economía, Hacienda, Finanzas, Asuntos Económicos, Economía y Trabajo, Economía y Obras Públicas, Economía y Producción, etc. Los Ministros estuvieron en el cargo, en promedio, un año y un mes.
Los que estuvieron más de dos años en el cargo, fueron 8 durante 32 años; promedio 4 años. Los de menos de dos años, fueron 50, con total de 31 años; promedio, menos de 7 meses. En los últimos 3 años hubo 4 ministros en 30 meses; promedio 7 meses.
Entre los 58 ministros hubo: incapaces funcionales; carentes de idoneidad para el cargo; burócratas de biblioteca; corruptos y aprendices de hechiceros. También hubo ministros dignos, loables e idóneos.
El vertiginoso cambio de ministros, sus distintos enfoques, y sus peculiares características, resultaron en una economía sin rumbo. La mayoría de los ministros no llegaban a conocer sus dependencias ministeriales cuando ya debían renunciar.
La inestabilidad política actual, obliga al gobierno a designar ministros carentes de idoneidad y sensatez, convirtiéndolos en funcionarios que solo ejecutan las decisiones de sus superiores. La economía sigue sin rumbo.

27/05/08

Dr. Marcelo Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar

N.B.: Se autoriza su difusion