viernes, marzo 10, 2006

Brecha entre ricos y pobres

Cuando en un país se agranda la distancia entre los mas ricos y los indigentes, no se produce por un hecho casual, sino porque quien tiene el poder, que es el Estado, manda y dispone que así sea, con prescindencia de analizar las distorsiones o efectos que produce en la sociedad.
El Gobierno ha implementado una política económica que produce esa deformación social. No valen los discursos de políticos, leguleyos o piqueteros que defienden lo honradamente indefendible.
El lujo de Puerto Madero no es compatible con el aumento de las villas miserias, designadas “de emergencia”, con el número de indigentes, de pobres y con el deterioro de la clase media. Este absurdo es cometer un atentado contra el pueblo, el progreso, la armonía y el bienestar social.
Para que todos los dañados por el gobierno puedan recuperarse de su actual postración, los políticos deben terminar con su codicia de tener el poder a cualquier costo. El esfuerzo del pueblo en libertad creativa, producirá la recuperación, siendo imprescindible una fuerte inversión privada productiva.

10/3/2006

Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar
N.B.: Se autoriza su difusión.

miércoles, marzo 08, 2006

Respeto por la Ley

Se atribuye al pueblo argentino una adicción generalizada a la violación de las leyes, que por desgracia es una realidad. Pero politólogos, historiadores y estudiosos, no dicen donde está el origen de esa conducta social ni cual es el camino para corregirla. Les basta decir que “la sociedad no respeta la ley”, lo que es una simpleza.
La Constitución de 1853/60, estableció el sistema presidencial siguiendo el modelo formal de la Constitución de Estados Unidos, pero otorgando en los hechos, el poder absoluto del Rey al Presidente. Irigoyen hizo dos revoluciones con el lema: “Cumplir con la Constitución”, porque desde antes de 1890 era violada; después él la violó. Perón, violó con ese poder absoluto, los derechos y garantías individuales. No debe sorprender que la historia argentina sea de violaciones constitucionales. La reforma de 1994, aumentó el poder absoluto. Las leyes se dictan por necesidades de poder, electorales o ideológicas, sin participación de la ciudadanía.
No es extraño que en ese contexto, el pueblo, que carece de posibilidades de ser oído, busque resolver sus problemas fuera de la ley. El presidencialismo absoluto debe ser eliminado y remplazado por el sistema parlamentario.

8/3/2006
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar

N.B.: Se autoriza su difusión.

lunes, marzo 06, 2006

Democracia o Destruccion

En Argentina no existe democracia. Los ciudadanos votan sin saber a quien y los elegidos, después del acto electoral los ignoran y desprecian, designándolos como la “gilada”. El pueblo no tiene el derecho a gobernarse ni de elegir a sus representantes. La absurda disposición constitucional en la que “los partidos políticos son instituciones fundamentales del sistema democrático”, instauró el corporativismo político, que es incapaz de evolucionar, porque prioriza los intereses corporativos partidarios y los personales de los políticos, sobre los del país. La ley electoral, inspirada en ese absurdo, concede el poder a la corporación política, en perjuicio de los derechos del pueblo.
Para que el pueblo gobierne, él debe elegir a sus representantes – no los partidos políticos – y lo más importante, el pueblo debe controlar el cumplimiento de las obligaciones de los elegidos. Si la ciudadanía no los controla se convierten, como sucede actualmente, en funcionarios a la búsqueda de sus propios intereses.
Lo catastrófico de la partidocracia corporativa es que crea inseguridad social y económica, impulsa la corrupción, no respeta las leyes, violenta la voluntad popular e impide la prosperidad del país. El poder es del pueblo y debe devolvérsele el gobierno.

6/03/2006

Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar

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