jueves, octubre 27, 2005

Esclavitud

ESCLAVITUD

Los trabajadores argentinos en relación de dependencia, están presionados por un contexto socioeconómico de incertidumbre y falta de libertad. Esta situación deriva del estancamiento económico, con elevado nivel de desocupación, que los atrapó sin darles alternativas para desarrollar sus talentos creativos y prosperar con su esfuerzo personal. Viven en la sumisión.
El otro factor distorsivo son las leyes laborales, los impuestos al trabajo, y el sindicalismo prebendario, dañinos en un país destruido, con millones de pobres e indigentes, obligados a arrastrarse para subsistir. Esas leyes son violadas por más de la mitad de la población, demostración de su ilegitimidad y del rechazo que generan.
Para liberar a los argentinos de la esclavitud en que viven, tiene que crecer la economía. Solo es posible creando las condiciones para producir un fuerte incremento de la inversión privada, que en la actualidad es resistida por el gobierno al mantener impuestos que impiden la formación y acumulación de capital.
Adicionalmente debe revisarse y modernizarse la obsoleta y perniciosa legislación laboral, que demuestra ser inservible para el progreso de los trabajadores.

27/10/2005
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar

Centro Segunda Republica -
Te.: 4815-8584

martes, octubre 25, 2005

Distribuir

DISTRIBUIR

La falsedad e ignorancia de muchos dirigentes políticos les lleva a proponer la distribución de la riqueza para mejorar las desigualdades sociales. Es un desatino, ya que es imposible distribuir en la población una planta petroquímica, los pozos de petróleo, los hoteles, bodegas, redes de electricidad etc., que son la riqueza del país. La alternativa que proponen es que todo sea del Estado el que repartiría la riqueza, que es un absurdo histórico que arruina al pueblo.
La nueva versión del disparate es distribuir los ingresos para achicar la brecha entre ricos y pobres. La brecha es una deformación viciosa de la sociedad, producida por el gobierno federal con la catastrófica devaluación, que empobrece al 70% de la población y enriquece a menos del 10%. La forma de achicarla es con un fuerte incremento de la inversión privada, que aumente la producción de bienes y servicios, absorba desocupados y mejore los salarios, no matando la gallina de los huevos de oro.
Solo puede invertirse lo que se ahorra y capitaliza. Distribuir por decreto los ingresos de los que pueden ahorrar, es impedir la formación de capital y la inversión. Los impuestos que ahogan la inversión deben eliminarse.

25/10/2005

Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar


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