miércoles, enero 28, 2009

Dios lo quiso

Cuando a Isabelita Perón la citaron a un Juzgado en España, para indagarla sobre los excesos y crímenes que se habían cometido durante su Presidencia de la República, contestó que no recordaba ni sabía nada, porque el poder lo tenía un ministro hechicero. Añadió humildemente que fue Presidenta porque Dios así lo quiso.
Cristina Kirchner, la actual Presidenta podría decir algo parecido, aunque para mayor precisión debería decir que su marido así lo quiso, por no confiar en ninguno de sus compinches.
La Presidenta es institucionalmente inamovible y aunque reina no gobierna. El gobierno está en las sombras, desde donde su marido toma las decisiones, que por lo que aprecia la ciudadanía, son mayormente erradas, y la Presidenta es solo el títere. Nuestra organización constitucional permite este descalabro. El poder presidencial subyuga al Congreso, a gobernadores e interfiere en el Poder Judicial.
Si nuestra estructura constitucional fuera parlamentaria, nunca habrían llegado a ser las titulares del Gobierno ni Isabelita ni Cristina, que son dos extremos de ineptitud. Las próximas elecciones legislativas pueden mejorar la situación, pero si no se constitucionaliza el Parlamentarismo, se repetirá la historia. Si Argentina lo hace, será un ejemplo político para Latinoamérica.

28/01/09

Dr. Marcelo Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar


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lunes, enero 26, 2009

Sudor

Cuando el Parlamento inglés destituyó al Primer Ministro Chamberlain por su fracaso en la política de apaciguamiento, declaró la guerra y designó a Winston Churchil para dirigirla, éste expresó que solo ofrecía al pueblo inglés, “sangre, sudor y lágrimas” y los ingleses aceptaron con coraje el desafío. Era un pueblo formado en conflictos, éxitos, derrotas, afán de superación y honor.
En Argentina, esas virtudes básicas existieron, fortalecidas por las corrientes inmigratorias formadas en lidiar para subsistir, contra abusos, y buscando vivir con esperanzas. Fueron pervertidas por sesenta años de gobiernos que prometían justicia social sin responsabilidades personales, la dádiva sin esfuerzo, la ficción que el Estado debía generar el bienestar general, y promovieron la cultura de la corrupción en la función pública.
El resultado fue el estancamiento de Argentina como país de esperanza, y el empobrecimiento de la población en la comparación mundial.
Para sacar al pueblo argentino de su deterioro actual, sólo se le puede ofrecer sudor y responsabilidad personal. El porvenir será nuevamente brillante y es alcanzable. Concretarlo requiere tiempo y esfuerzo.
Míseros políticos, hoy culpan a terceros por la pobreza del país, y prometen mejorar a los pobres, rápido y sin esfuerzo. Son embusteros y delincuentes.

16/12/08


Dr. Marcelo Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar


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