viernes, noviembre 28, 2008

Año 1853 y año 2008: El mensaje.

El fin de la guerra civil argentina se inicia en 1853, cuando federales y unitarios coincidieron en el mensaje que esperaba el país: la organización institucional de la Nación, respetando los derechos y libertades individuales.
En 1913, coincidieron conservadores y radicales en el mensaje que esperaba el país: el respeto al voto de la ciudadanía.
En 1945 el Presidente conformó un mensaje popular: la justicia social. La fuerza política la obtuvo dilapidando recursos, violentando derechos, atrayendo políticos y dividiendo a la población. Consiguió el apoyo mayoritario de la ciudadanía.
En 2008, Argentina acumula sesenta años de atraso y deterioro sin que aparezca el mensaje político de recuperación. La dirigencia en el poder es populista, electoralmente desvergonzada y mayoritariamente corrupta que busca los privilegios del poder. La oposición esta fragmentada, en grupos con pensamiento socialdemócrata, socialista chavista arcaico o populista que harán perdurar el estancamiento, y un incipiente centro derecha, que aun no ha conformado su mensaje nacional de recuperación.
El mensaje que la ciudadanía espera es el que le asegure salir de la pobreza y mejorar su calidad de vida, sólo posibles si se liberan las energías de la sociedad y de la empresa privada para producir riqueza y distribuirla.

28/11/2008


Dr. Marcelo Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar

NB: Valoramos recibir su opinión

Impuestos de la Nación

Proyectando las cifras de recaudación de impuestos informadas por la AFIP, el total de impuestos de la Nación en el año 2008, ascenderá a 300.000 millones de pesos. A esa cifra hay que aumentarle los impuestos provinciales para determinar el total de gravámenes que soporta el pueblo argentino.
Los impuestos superan el 31% del producto interno bruto. Dicho de otra manera: de cada tres pesos que produce la población, el desenfreno del Estado se queda con uno. Los dos restantes son distribuidos entre una minoría muy rica favorecida por el Gobierno y una abrumadora mayoría de pobres a los que no les alcanza para vivir.
¿Que hace el Gobierno con los centenares de millones de pesos que cobra? Los quema en dilapidaciones, corrupción, e irracionalidades. Los legisladores nacionales que imponen las contribuciones son representantes de los partidos políticos, no del pueblo, al que desprecian.
La estructura tributaria debe ser rediseñada. Sólo el pueblo de las municipalidades y de las provincias, por medio de sus legítimos representantes, puede imponer contribuciones, y las provincias deben proveer a los gastos de la Nación con los fondos que aporten al Tesoro Nacional. Ninguna contribución podrá ser impuesta por el Congreso general a la población, salvo casos de conflicto externo.

26/11/08

Dr. Marcelo Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar

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lunes, noviembre 24, 2008

Cultura del Estado pródigo

Prodigo es el que desperdicia y consume su riqueza en gastos inútiles, sin medida ni razón. La parábola bíblica del hijo pródigo describe como cayó en la miseria.
En el siglo XX, apareció la ficción del Estado de Bienestar Social, al que adhirieron masivamente los políticos buscadores de votos, los que lo convirtieron en un “Estado pródigo”. Como la sociedad siempre tuvo y tendrá necesidades insatisfechas, los políticos más audaces e irresponsables prometen la prodigalidad del Estado, sin preocuparse de la miseria futura que producen.
Con el propósito de recibir beneficios del Estado pródigo, se amontonaron los necesitados junto con políticos, corporaciones gremiales y profesionales, empresarios, funcionarios, etc., que lo defienden. Se creó la cultura del Estado protector que degeneró en la corrupción, la ineficiencia, el crimen organizado y el estancamiento social y económico de Argentina.
Esa cultura penetró en la sociedad, es compartida idealmente por gran parte de la población que espera mejorar con la intervención estatal y es defendida duramente por los que obtienen beneficios con su continuidad.
El Estado no crea riqueza ni puede evitar las tensiones sociales. Su función es vigilar el cumplimiento de las normas institucionales para que la sociedad prospere y resuelva ordenadamente los inevitables conflictos.

24/11/2008

Dr. Marcelo Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar


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