miércoles, diciembre 06, 2006

Dos Urgencias Nacionales IV

La primera urgencia es recomponer el bienestar de los sectores empobrecidos de la sociedad; la segunda es erradicar la corrupción, que destrozó los valores culturales y morales argentinos.
Esos dos temas no pueden ser soslayados y la responsabilidad de comprometerse en su solución no es negociable.
El actual gobierno y numerosos partidos de la llamada oposición no hacen ni harán nada efectivo para superar esas urgencias, por su pensamiento populista, o socialista arcaico, o estatista, o feudalista, o activista violento, o corporativista gremial-empresario-profesional-partidocrático, o simplemente porque en el actual desorden institucional, económico y social hay grupos que se benefician estando en el poder o asociados a él.
Vencer el poder de toda esa dirigencia aparenta ser un imposible político. Pero hay una reserva humana, que es el afán de progresar y vivir en libertad para su realización personal y de la sociedad en que vive. La historia
muestra que el ser humano nunca cede, con este impulso vital.
La perversa y poderosa dirigencia que padecemos, no entregará el poder que usufructúa, sin presentar batalla para seguir con sus prebendas, por lo que no queda otra alternativa que cerrar filas con ideas fuerza, para el progreso de la Nación, la sociedad y de nuestros conciudadanos.

6/12/2006

Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar

N.B.: Se autoriza su difusión.

lunes, diciembre 04, 2006

Dos Urgencias Nacionales III de IV

La Argentina está señalada en publicaciones internacionales, como un país con un crítico nivel de corrupción, lo que se confirma con la prácticamente diaria aparición en los medios de prensa, de denuncias y escándalos de funcionarios en los tres Poderes federales y en las provincias.
La corrupción tiene un costo económico que ha sido estimado en el 10% del producto interno, pero su mayor gravedad es cultural al destruir las bases de la convivencia social, su armonía, el respeto a la ley y la valoración del esfuerzo personal para progresar.
Los organismos públicos y la Justicia, que tienen la responsabilidad de perseguir y sancionar a los delincuentes, están colapsados por la cantidad de causas, la insuficiencia de recursos y presionados por el poder político. No existe posibilidad que el panorama mejore. Los secuestros, asaltos y asesinatos son los hechos públicamente más impactantes de la creciente corrupción.
La ciudadanía tiene que involucrarse en la denuncia de los delitos, la sanción de los delincuentes en Juicio por Jurados, en la elección y remoción de los fiscales y en el control de la celeridad y eficiencia procesal.
La lucha contra la corrupción es un tema de la ciudadanía, porque la actual estructura administrativa y judicial no tiene posibilidades de combatirla.

4/12/2006

Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar

N.B.: Se autoriza su difusión