viernes, agosto 03, 2007

Alimentando ratas

El crecimiento de la burocracia genera gastos a la sociedad que no se limitan solo al costo de añadir los sueldos de los nuevos incorporados, a veces innecesarios, ineficientes o incumplidores de sus obligaciones. Necesitan oficinas, muebles, temperatura ambiental, refrigerios, etc. Tampoco esto es lo más costoso. En toda oficina pública, la primera responsabilidad es fijar con estrictez que es lo que tienen que hacer los ciudadanos que pasen por la oficina, y las penalidades que les corresponderán, si no lo hacen.
Se ha estimado que el costo de cumplir con todas las leyes impositivas del país, estaría en el orden del tres por ciento del PBI. La cifra sería cercana a los 18.000 millones de pesos anuales, solo para cumplir administrativamente.
Toda actividad que se desarrolla, debe entregar a la oficina correspondiente su balance anual: a la DGI, I. Gen. de Justicia, Bco. Central, Rentas provinciales y Municipales, Aduana, Com. N. de Valores, Bolsas de Comercio, Bancos, Mercados de Valores, Superintendencia de Seguros, Inacim, etc., todos con la certificación del Consejo Profesional respectivo.
Los millones de papeles suman miles de toneladas, requieren depósitos cada vez mayores y son alimento de ratas. Se podría bajar el costo, estableciendo un único centro informatizado al que pudieran recurrir todas las oficinas públicas y los particulares.

3/8/2007
Marcelo J. Castro Corbat
segundarepública@fibertel.com.ar

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martes, julio 31, 2007

Reaparición de las "Patrias"

En los últimos sesenta años hubo períodos en los cuales determinados sectores de la economía tenían fuerte crecimiento, sostenido por medidas del gobierno de turno. Esas medidas eran inspiradas por planificadores que habían descubierto el medio de superar el estancamiento económico, promoviendo determinadas actividades, o también porque la irracionalidad de los planificadores creaba condiciones para que una minoría de la sociedad se enriqueciera. Estas minorías se designaban como la patria contratista, la financiera, la cambiaria, la corporativa sindical, empresaria o profesional, etc. En algunos períodos, la intervención del Estado en la economía, se la evaluaba cercana a la de la Rusia comunista.
Como la sociedad era de suma cero, sin progreso económico ni social, las empresas no favorecidas por el gobierno, se fueron liquidando o se vendíeron a multinacionales y la población fue cayendo en su calidad de vida. Las políticas de los funcionarios, tenían un denominador común: la corrupción
Desde la crisis del 2002, la historia se repite, con la diferencia que la corrupción se ha convertido en un multiplicador común en las contrataciones del Estado y de sus organismos. La patria contratista está desbocada, como la financiera, la cambiaria, la subsidiada y la sindical.
Como nada es gratis, alguien pagará los platos rotos, y en nuestro caso, ese alguien es el pueblo, indigente, pobre y la clase media empobrecida.

31/7/2007
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar

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