viernes, febrero 10, 2006

Produccion en Destruccion

El ser humano necesita que el fruto de su trabajo tenga una retribución que le compense los gastos, cubra sus necesidades básicas y le deje un excedente para necesidades futuras o para desarrollar su creatividad. Esto es inexorable a nivel personal y empresarial. Es ir contra la naturaleza humana, pretender que quien trabaja, proceda de otra manera. La crisis de la inflación pone sobre la mesa esta realidad, cuando el gobierno pretende fijar precios máximos a la producción y tarifas a los servicios públicos, argumentando la perversidad de los productores.
Lo grave de esas irracionales decisiones, es que destruye la base de nuestro progreso, que es la empresa nacional, la que no tiene capacidad de defensa porque ha sido deteriorada financieramente por décadas de coacción estatal. La prueba fehaciente es la cantidad de empresas de argentinos que fueron liquidadas o vendidas a inversores extranjeros y que en las privatizaciones de empresas estatales, los capitales argentinos carecieron de relevancia. Los capitales extranjeros compraron a precios de liquidación, y tenían respaldo financiero para aguantar malos momentos, pero ahora también se van.
La empresa privada no debe destruirse: debe defenderse para bien del pueblo.

10/02/2006
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar

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