miércoles, septiembre 17, 2008

Presidencialismo latinoamericano

El sistema presidencial de EUA, desde su instauración en el siglo XVIII demostró su estabilidad para el progreso del país, en la libertad de sus ciudadanos, en la limitación de los poderes federales y en la protección de los derechos de cada uno de los Estados. El sistema se ajustaba a la cultura y tradición del país.
Los países latinoamericanos adoptaron en el siglo XIX el ejemplo del presidencialismo de EUA, pero la cultura y tradición de los pueblos era de gobiernos absolutos, y el presidencialismo derivó en gobiernos autoritarios. Es la historia de nuestros países, y en el 2008, cayeron en esa deformación Venezuela, Argentina, Bolivia, Ecuador y Nicaragua.
Para evitar los excesos presidenciales, el camino es implantar el sistema parlamentario, en el que el Jefe de Gobierno de la Nación, es designado, controlado y destituido por el Parlamento, como mecanismo normal institucional, sin quiebre del orden político. Europa, Japón, India, etc., lo han adoptado. El Poder es del pueblo, que elige a sus representantes en el Parlamento.
El presidencialismo impide el proceso natural de evolución política. El presidente se adueña del Poder y la verdad, hace y deshace sin control, durante su mandato es políticamente inamovible, cae en la corrupción, avanza sobre el Congreso y la Justicia, y viola el espíritu republicano. Es imperioso el cambio.

17/09/2008


Dr. Marcelo Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar

N.B.: Se autoriza su difusión

lunes, septiembre 15, 2008

Los que gobiernan la República

En Argentina hay dos centros de poder político: el matrimonio presidencial y los dirigentes de la corporación sindical.
El matrimonio, con los recursos de que dispone, avasalla a gobernadores, intendentes, sus propios legisladores, ministros, y dirigentes políticos, que son figuritas en papel pintado. Al que pretende tener ideas propias, se lo congela en el “frío patagónico”, es combatido como un infectado al que nadie puede acercase, convirtiéndose en un paria político. Al matrimonio le preocupa el Poder, no el país, y se desconocen sus intenciones.
Los dirigentes de la corporación siguen amenazando con sus tropas de choque, con lo que consiguen mas poder económico, financiero y político. En la disputa por el cargo de dirigente, si pueden se matan. A los dirigentes les preocupa el poder para beneficiarse con la corrupción, no los moviliza mejorar la vida de los asalariados.
El matrimonio necesita políticamente del activismo violento de la corporación y ésta necesita de ellos para seguir recibiendo legalmente el dinero del pueblo, que lo dilapida con total impunidad. Es una asociación tenebrosa que paraliza el país. Son dos lápidas que mantienen a la mitad de la población en la pobreza.
No puede evitarse la lucha, aun sabiendo que son violentos y perversos.

15/09/2008

Dr. Marcelo Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar



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