El Cancer Argentino

Argentina va mal. ¿Porque? Porque tiene un cáncer. ¿Cual es? Su sistema presidencial, en el que la Constitución permite otorgar al Presidente, poderes autocráticos, sin limitaciones.
Dispone del setenta por ciento de la recaudación de impuestos de todo el país. Con esos fondos presiona a los gobernadores provinciales, crea una red de siervos, extorsiona a los que se resisten, compra votos en las campañas electorales, domina la prensa, pervierte o seduce, utiliza resquicios constitucionales aprobados por un Congreso dependiente, los Jueces deben acatar sus políticas a riesgo de ser enjuiciados, viola las leyes electorales, convive con la corrupción, viola las libertades constitucionales, regimenta el país y a sus habitantes. El presidencialismo argentino se ha convertido en un despotismo constitucional autocrático.
La administración y conducción del país, en los actuales términos, no ofrece posibilidades de mejora. El sistema presidencial, mal copiado del exterior, impide la prosperidad nacional y de sus ciudadanos. Hay que cambiarlo, para que el gobierno sea ejercido por el pueblo y que los estados provinciales puedan dar solución a las necesidades de sus habitantes.
En Argentina no existe el sistema representativo ni el federal ni el republicano. Hay que enmendar la Constitución instaurando el sistema parlamentario.

9.3.07

Igualar hacia arriba - VIII

La pobreza

Una alta proporción de la ciudadanía ha sido pervertida por políticos corruptos, populistas, socializantes o estatizantes. Alteraron el orden social, enfrentando a la población para tener éxito electoral y estancaron el país. Sostienen ideas y políticas anacrónicas que el mundo demostró que son falsas y dañan al pueblo. Los índices de mejora económica que informa el gobierno, son una metódica deformación de la realidad, ocultando el empobrecimiento.
En Argentina el discurso de los corruptos penetró muy hondo, prometiendo el derecho al bienestar general sin el compromiso del esfuerzo personal. La villanía de la promesa derivó en el aumento de la pobreza y la destrucción de la cultura nacional, que es la responsabilidad individual para realizarse en la vida.
El empeño en la labor es ineludible para estudiar, capacitarse, hacer las cosas bien, investigar, ser valiosos profesionales, empresarios, operarios, artistas o deportistas y para poder construir el porvenir de la familia. Las mujeres saben mucho sobre esto.
La corrupta política del gobierno igualó en la pobreza. Los perversos son poderosos y pretenden seguir dominando al pueblo. La ciudadanía debe rechazar a los infames que la mantienen en la pobreza y la miseria.

7/3/2007

Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar

Igualar hacia arriba - VII

Consumismo

Los bizantinos discutían interminablemente sobre el sexo de los ángeles, mientras los turcos se preparaban para apoderarse de Bizancio. En Argentina algunos defienden acaloradamente, que para superar la crisis del país, debe aumentarse el consumo interno, cuando la mayoría de la población vive empobrecida y carece de capacidad de consumo. Los burócratas que dirigen el gobierno desempolvan recetas abandonadas por inútiles e instrumentan dispositivos que lo único que hacen es distorsionar la economía, la sociedad, eternizar el estancamiento y mantener a los pobres en la pobreza.
Aumentar el consumo como mecanismo contra la pobreza es “dar pan para hoy y hambre para mañana”.
Para combatir la pobreza hay que generar riqueza, y decirlo así suena a trivialidad. Sin embargo enriquecer al pueblo requiere vencer oposiciones ideológicas, de corporaciones, atacar a sectores beneficiados con las prebendas del poder, la autocracia y el clientelismo político.
Hay un solo camino para mejorar a los pobres:- generar oportunidades de trabajo y mejorar salarios para que la población cubra sus necesidades. El sector privado productivo puede hacerlo si se eliminan los impuestos que le impiden invertir para generar riqueza.

5/3/2007
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar

Compatriotas IV

Rescatar sus virtudes

El ser argentino ha sido descalabrado culturalmente, en los objetivos de su vida, en la valoración del esfuerzo, en el orgullo por sus conciudadanos sobresalientes, en el respeto a sus compatriotas y en vivir una vida digna. Todo es igual. El perverso mensaje de corruptos enquistados en las dirigencias políticas, prometiendo y asegurando que el Estado puede proveer bienestar para todos y que existen traidores desalmados que deben combatirse, resultó fatal para el ser argentino, para su vida y para nuestra patria.
Pero los perversos no pueden cambiar nuestros genes. En un contexto duro, el ser humano lucha por mejorar y elevarse, no es pasivo, siempre rodeado de necesidades e ideales insatisfechos, con fe y esperanza; el hombre genéticamente siente el deber de atender las necesidades de su grupo y defenderlo y la mujer está exigida a enseñar a sus hijos para la vida y a que labren su porvenir.
Esos genes son la base de la milenaria cultura humana, que está siendo destruida por los que no aman al país, porque lo utilizan en su beneficio personal y rechazan respetar a sus compatriotas, a quienes deberían servir.
Las virtudes de trabajo, dignidad y progreso deben ser rescatadas. No se conseguirá sin ardua lucha política.

4/3/07

Dr. Marcelo J. Castro Corbat