viernes, septiembre 04, 2009

Adolescentes drogados

El impulso de la Provincia de Buenos Aires y de la Ciudad Autónoma de fijar un horario límite nocturno a las llamadas confiterías bailables, es solo un inicio, encomiable, en la defensa de la salud física y mental de los jóvenes, evitar accidentes, actos violentos y que caigan en las adicciones. Una norma anterior similar, fracasó por su violación sistemática.
Un decreto no resuelve el problema, ni los estados provinciales tienen capacidad de control de su cumplimiento. El tema central es la desintegración familiar, el desprestigio de los padres que sostienen su autoridad, llamados castradores y de los otros padres ávidos de gozar de la vida. No es una cuestión de pobreza. La solución radica en un continuado proceso de educación para integrar a los jóvenes con los valores de convivencia social.
La “patria potestad” no es solo un artículo del Código. Es un deber de los padres de alimentarlos, educarlos y cuidarlos. Es una responsabilidad social que deben cumplir y, si no lo hacen, deben ser sancionados. De nada sirve que una madre llore cuando su hijo sufre las consecuencias de un hecho trágico, si no lo educó y cuidó para prevenir que el hecho se produjera.
Es mala excusa responsabilizar de los excesos de los jóvenes al Estado, porque no están a su cuidado y carece de medios para hacerlo. La responsabilidad primaria, legal, genética e intransferible es de los padres.

04.09.09

Dr. Marcelo Castro Corbat

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miércoles, septiembre 02, 2009

Es la pobreza, estúpido

No es exagerado estimar que en Argentina, los indigentes y pobres suman el cuarenta y cinco por ciento de la población y, que un veinticinco por ciento mas, se ha empobrecido; total 70% de la población. Hemos convertido un país de esperanza y progreso, en un país hundido. Es un escándalo que se denuncia ante el mundo.
Con una población desquiciada es imposible el orden institucional y social, porque la ciudadanía, desorientada, apoyará al político que más necia e irresponsablemente le ofrezca sacarla de su postración.
Hasta tanto no se supere la pobreza, no se podrá mejorar ni la educación, ni la salud, ni la vivienda, ni la alimentación, ni la seguridad, ni la defensa, ni la armonía social, ni erradicar la corrupción.
Superar la pobreza no depende de elucubraciones filosóficas o académicas. Requiere decisiones pragmáticas, liberando la capacidad creativa de la población y premiando su trabajo y esfuerzo. El camino es: inducir la inversión privada, generadora de empleos y mejoras salariales, aumentar la producción de bienes y servicios y, multiplicar las exportaciones. El Estado debe eliminar los impuestos que impiden la inversión privada y que gravan las exportaciones.
El problema argentino es la pobreza. Se la superará en veinte años.

02/09/09

Dr. Marcelo Castro Corbat

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lunes, agosto 31, 2009

El pueblo sin representantes

El artículo 38 de la Constitución Nacional, establece “Los partidos políticos son instituciones fundamentales del sistema democrático”, garantizando su organización, la representación de las minorías, la postulación de candidatos y los aportes del Estado. Bajo esa norma aparecieron más de seiscientos partidos. Crear un partido da derecho a recibir dinero del Estado y acceder a cargos públicos en contubernios políticos; los elegidos, por votación obligatoria, reconocen el mandato al partido e ignoran al pueblo y la opinión pública percibe a los partidos como centros de corrupción.
El Art. 38 facilitó la aparición de un consenso de la dirigencia política que sustenta el mantenimiento, no escrito, de la corporación de partidos políticos, llamada partidocracia porque son los que en los hechos gobiernan la República. Como corporación, defiende los privilegios de su sector y, también en los hechos, acepta la violación de exigencias del mismo artículo.
Desde hace años, el país necesita que se instrumente una Reforma Política, pero los más fuertes opositores para hacerla son los partidos políticos, que la cajonean, temerosos que un cambio los perjudique.
Los partidos políticos se han convertido en un nivel intermedio e inevitable que impide que el pueblo gobierne, condición elemental y sin la cual no existe la democracia. Convendría eliminar el artículo citado.

31.08.09


Dr. Marcelo Castro Corbat


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