jueves, marzo 27, 2008

Universidad de calidad

La recientemente designada Secretaria Académica de la Universidad de Buenos Aires ha expresado las ideas que tiene, que repiten las de anteriores funcionarios de la UBA, cuyos resultados describe con acierto al sentirse “preocupada por el bajo rendimiento académico”. Además sostiene que la universidad debe ser masiva y de calidad, términos que son incoherentes.
La UBA tiene 313.000 alumnos, 30.000 docentes y millares de empleados no docentes. Es un organismo enfermo, flácido, descontrolado, imposible de conducir con eficiencia, penetrado de políticos estudiantiles violentos, de corrupción, con rectores, decanos y profesores superados por el claustro tripartito. Las ideas son inviables si no se ordena la conducción de los recursos humanos, los alumnos y no se controlan los resultados de la gestión.
La UBA debe descentralizarse y rediseñarse, dividiéndola en universidades que tengan afinidades científicas, y en las que provean estudios terciarios, con carreras cortas, demandadas por la sociedad y que respondan a las necesidades del mercado laboral.
Otra incongruencia que se debe eliminar es la intervención de los alumnos en la Dirección de las universidades, por la elemental razón que carecen de capacidad para opinar sobre la conducción de la enseñanza y porque su obligación es aprender y capacitarse.

27/3/08

Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar

N.B.: Se autoriza su difusión

martes, marzo 25, 2008

Destrucción cultural

En el perpetuo proceso de formación cultural de la sociedad humana, hay dos tiempos que impulsan su accionar: uno es buscar y dar solución a los problemas, necesidades y urgencias de la vida diaria; el otro es su genética necesidad de elaborar su proyección futura, espiritual o material.
Cuando la sociedad está en crisis, los problemas diarios se convierten en apremiantes y no queda espacio para pensar y construir el futuro. Es lo que pasó en Argentina en los últimos sesenta años y que derivó en su estancamiento social, económico, político y cultural. El actual gobierno sigue con políticas que alteran diariamente la vida de los argentinos, obligando a la sociedad a vivir atrapada en permanentes y crecientes conflictos.
La cultura que hoy se vive es encontrar nichos o agujeros donde resguardarse o medrar con las perversidades que genera el poder político. Los que no tienen defensa son los pobres, con problemas diarios. La cultura del trabajo se ha reemplazado por la cultura del oportunismo, la dádiva o el empobrecimiento. Así no es posible ordenar ni armonizar la sociedad.
Una sociedad estancada en un presente de conflictos, sin elaborar alternativas para un futuro de mayor bienestar, está culturalmente mutilada y generará la decadencia de la calidad de vida y el resentimiento social.
Es imperiosa la reconstrucción cultural de la sociedad argentina.

25/3/2008