La sociedad se ordena por los usos, costumbres y sentimientos, no escritos y por las leyes, escritas, que conforman la cultura de los pueblos. Cuando se viola la cultura, la sociedad se desordena y envilece.
Las leyes que anularon leyes anteriores con efecto retroactivo, sentencias de la Suprema Corte y decretos de emergencia, ignorando la ley suprema constitucional, violan la cultura de Argentina. Se ha iniciado un peligroso sendero de alteración del orden y la organización de la sociedad, en cuyo camino nadie está a salvo de violaciones. No es admisible que mayorías políticas, transitoriamente en el poder, impulsen la destrucción cultural.
El Estado viola: la Constitución Nacional - el sistema jubilatorio estatal y privado - los contratos estatales y privados - la remuneración de los trabajadores - el sentido federal y republicano - los derechos y garantías individuales - la armonía social.
Este panorama no augura un pueblo unido ni paz interior.
20/9/2004
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar
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