martes, febrero 12, 2008

Ganar batallas y perder la guerra

Hay signos en el espectro político nacional, que muestran la aparición de nuevos colores. Son faros de esperanza en un país políticamente destrozado que vive una caricatura de democracia. Se han ganado batallas electorales, pocas, pero algunas importantes. Ha sido en distritos donde la ciudadanía se rebeló contra la ineptitud y corrupción de sus gobernantes y superó la delincuencia en la votación.
Otra cosa es ganar la guerra. En Argentina no hay confrontación electoral ni respeto al ciudadano disidente. Hay guerra, de los que tienen el poder contra todos los que no los apoyan, utilizando el dinero público para comprar votos y dirigentes y amenazando para violentar voluntades, en una estructura de delincuencia organizada. A pesar del creciente deterioro del gobierno nacional, con el poder de fuego que tiene, gana la guerra.
Los demócratas de derecha e izquierda deben tenerlo claro.
La ciudadanía espera el resurgimiento de la derecha, a la que sigue respetando a pesar de los errores que cometió por su incomprensión del proceso de cambio de la cultura política. Para cumplir su rol debe tomar las banderas de defensa del pueblo, mejorar su calidad de vida y ser implacable con los corruptos.

12/2/2008
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar

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