El país tiene un nuevo Ministerio: el de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. Nadie se puede oponer a los elevados propósitos que inspiraron su creación, ya que hay consenso público que en Argentina esos tres temas sufren un fuerte deterioro desde hace décadas, el que sigue avanzando. Con ese escenario, el atraso nacional se profundizará, en un mundo en avasallador progreso científico y tecnológico.
Para el gobierno lo importante es construir su poder político con todos los recursos de que dispone y postergará ciencia y técnica, que no da votos. El nuevo Ministerio carecerá de medios, será penetrado por la política, se incorporará personal sin capacidad y se convertirá en otro paquidermo estatal, sin control e ineficiente. El Ministro no podrá evitarlo.
Ciencia y técnica no son temas políticos ni ideológicos. Los emprendedores privados muestran día a día, avances en ciencia e innovación, en producción de alimentos, informática, bioingeniería, etc. Se desaprovecha el enorme potencial de investigación que tiene el sector privado, que es el gran motor de los desarrollos y formación de estudiosos. Sabe que hay que hacer y como, pero no puede hacerlo por la presión fiscal. La solución es que las inversiones privadas en ciencia y tecnología, puedan computarse como pago a cuenta de impuestos nacionales. Es la decisión sana para el país.
27/2/2008
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar
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