El presidencialismo argentino es una historia de destituciones de Presidentes. 1890, 1930, 1943, 1943, 1944, 1955, 1955, 1962, 1966, 1970, 1971, 1973, 1976, 1981, 1981, 1982, 1989, 2001, 2001, 2001, 2002 y 2003. En el siglo XX, más los seis años del siglo XXI, hubo 21 ciudadanos con el cargo de Presidentes que no resultaron de la elección popular, o que siendo electos, debieron anticipar su asunción del cargo por incapacidad para gobernar de su antecesor. La mayoría de los Presidentes elegidos, lo fueron en elecciones fraudulentas o con proscripciones o con corrupción electoral. Son 106 años de desorden institucional, durante los cuales hubo además numerosos intentos de destituir al presidente de turno que no tuvieron éxito.
La ciudadanía no es la responsable, sino el nefasto sistema presidencial, con sus dos deformaciones: el absolutismo presidencial, y la rigidez del mecanismo de cambio del “jefe supremo de la Nación, jefe del gobierno y responsable político de la administración general del país”. El actual Presidente se está convirtiendo en un modelo de absolutismo. Al presidencialismo hay que remplazarlo por el sistema parlamentario, en el que el jefe de gobierno puede ser removido sin quiebre institucional.
19/4/2006
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar
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