El trabajo en negro es una constante, que aumenta en la crisis disminuyendo en el auge. En los últimos dos años de recuperación económica, el trabajo informal creció más que el formal, que hoy alcanza al 48,9% de la fuerza laboral, sin computar los sueldos en negro que paga el Estado ni los jubilados que trabajan. Es un tema de desgobierno social y perjudica al sistema productivo. Debe resolverse, pero no con decenas de miles de inspectores, que crearían una mega corrupción nacional.
La cifra de 11,3 millones en negro del INDEC es mayor, lo que muestra el rechazo de la sociedad a los impuestos al trabajo y a las cargas laborales causantes de desocupación y trabajo en negro. Debe legalizarse el juicio de la sociedad.
Hasta tanto la desocupación baje al 5% (cinco) de la fuerza laboral, las condiciones de contratación de desocupados y de trabajadores en negro, serán fijadas libremente entre las partes, en cuya oportunidad, el trabajador decidirá su aporte al sistema jubilatorio y a la atención médica en el centro de salud de su elección.
Desocupación y trabajo en negro, impiden el crecimiento económico y mejorar los salarios. Solo se superarán con fuertes inversiones en el sector productivo privado.
1/4/2005
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segunda-republica@fibertel.com.ar
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