El Presidente declama que lucha para defender al pueblo, lo que es repetido a coro por sus funcionarios subordinados, por grupos violentos adueñados de las calles y por los medios de comunicación que paga.
La realidad es que mantiene en la pobreza o indigencia al 50% de la población y otro 25% ha caído en sus salarios; impide la inversión en sectores productivos generadores de trabajo y en servicios públicos esenciales; educación, salud, seguridad, y nutrición infantil siguen decayendo; estafa a los jubilados; enfrenta a los argentinos; corrompe a la ciudadanía con falsas promesas y repite recetas que llevaron a la decadencia nacional en un clima de creciente corrupción política.
El mal que está produciendo hoy, asegura la continuidad del deterioro del país, que inexorablemente lo sufrirá el pueblo.
No gobierna para la recuperación nacional. Usa los recursos del Estado para ganar en la pelea interna del partido que sorpresivamente lo llevó al poder. Falsea los hechos, amenaza y tira migajas a un pueblo hambreado. Su objetivo es mantenerse en el poder. Hay que sacarle la máscara.
28/3/2005
Dr. Marcelo J. Castro Corbatsegunda-republica@fibertel.com.ar
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