En 1776 se estableció el Virreinato del Río de la Plata. De ser el virreinato mas pobre, prosperó en base a la explotación del ganado cimarrón, el fértil suelo, los saladeros, la aduana y el contrabando. En 1810, Buenos Aires es la ciudad más importante y sigue su desarrollo durante la guerra civil.
Con la unión nacional de 1860 hay una explosión de riqueza con los barcos frigoríficos, la agricultura, la inmigración y los ferrocarriles. En París se decía: “rico como un argentino”. Argentina brilló en el mundo. En los años 1930 se inicia el estatismo, y en los 40, la justicia social: “los portuarios iban en taxi a sus trabajos”. Se expanden la corrupción, la patria contratista, importadora, financiera, y prebendaria.
La arbitrariedad cambiaria definió a los argentinos con el “déme dos”. El Estado se financió con deudas, dilapidadas. La devaluación del 2002, enriqueció al Estado, cayó la inversión productiva, empobreció la clase media y destruye los salarios.
Argentina ha sido envilecida con la quimera de riqueza fácil, oportunidades y prebendas del poder. Se destrozó la dignidad del trabajo, que no niega que siempre hubo y hay argentinos fecundos que nos enorgullecen. La riqueza real es el trabajo.
13/10/2004
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
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