Para conducir una Nación y que sus habitantes prosperen, el Jefe de gobierno debe ser idóneo para el cargo y ser seleccionado por sus pares en idoneidad, como el más capaz.
El sistema presidencial argentino, por ser una falseada copia del de Estados Unidos, fracasa sistemáticamente, lo que se repite en la mayoría de los países latinoamericanos. En el parlamentarismo, adoptado por la mayoría de países que tuvieron gobiernos absolutos, el Jefe de Gobierno es designado por sus pares por ser el mas capaz, y puede removerlo si comete errores. Requiere que los ciudadanos conozcan y evalúen a sus representantes y después de votarlos controlen que cumplan con el mandato que les dieron.
Con el sistema parlamentario, no hubieran sido Jefes de Gobierno: Irigoyen, por deterioro mental; Castillo, por norma procesal; Frondizi por un pacto maquiavélico; Illia por la proscripción; Isabelita por incapaz; Alfonsín por quimérico; De la Rua por falta de programa; Duhalde por irresponsable; Kirchner por contubernio y finalmente Cristina, por imposición del marido.
Así fue decayendo el país. La pobreza de Argentina y de la mayoría de los países de nuestra región se origina en el presidencialismo, que es una estructura de gobierno que degenera en absolutismo y que debe ser cambiada.
El absolutismo impide la armonía social, y el progreso nacional.
23/10/09
Dr. Marcelo Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar
www.segundarepublica.blogspot.com
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1 comentario:
Creo que ha habido algúna que otra omisión (involuntaria seguramente), se olvidó de Menem (o no lo puso porque es yeta), ah, algún que otro gobierno de facto podría incluirse, salvo que considere que hacer golpes de estado esté bien, claro, ahora me doy cuenta, ¿no será que le gusta voltear gobiernos elegidos por el pueblo al que "pretende defender"?.
Debería organizar el salón de la fama, poniendo como referentes a Alfredito Martinez de Hoz, Cavallo, Alsogaray, Krieguer Vasena y otros tantos más, ellos parece que llevarían a la prosperidad a ..., perdón, me equivoqué, había pensado en la gente.
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