Para que los pobres salgan de la pobreza, deben tener ingresos suficientes para comprar los alimentos necesarios para su buena alimentación, tener un buen servicio de salud, recibir una instrucción y educación que les permita insertarse en el mercado laboral del siglo XXI y acceder a la vivienda. No se necesitan muchas explicaciones, salvo que, para lograrlo, Argentina debe tener una economía fuerte, que genere riqueza y prosperidad.
Distintas corrientes políticas proponen que el Estado subsidie a los pobres, que es traicionarlos tirándoles un hueso para entretenerlos. Se repetirán los casos de corrupción, clientelismo político, arbitrariedad, los subsidios serán devorados por la inflación y la pobreza seguirá. Los pobres sufren las consecuencias de la idea política perversa que el Estado puede resolver el deterioro social.
Para que la economía genere riqueza y mejoren los ingresos de los pobres, se requiere que el sector privado invierta, cree nuevas oportunidades de trabajo, aumente la producción de bienes y servicios y multiplique sus exportaciones. Sostener que con el raquítico mercado interno argentino se puede superar la pobreza es una falsedad.
La cultura del trabajo y la producción debe remplazar la perversa cultura del Estado benefactor.
24.8.09
Dr. Marcelo Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar
www.segundarepublica.blogspot.com
NB: Valoramos recibir su opinión.
1 comentario:
Absolutamente certero y conciso, ha logrado en pocas lineas retratar magistralmente tamaña realidad...
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