miércoles, octubre 25, 2006

Los Cinco Pilares

El cambio político, social, institucional y cultural de nuestro país, debe basarse en cinco pilares.
Los dos primeros son urgentes de efecto social y político.
_ El primero es restablecer los ingresos y la calidad de vida del pueblo, generando oportunidades de trabajo y mejorando los salarios. Se alcanzará con un fuerte proceso de inversión privada en los sectores productivos, de servicios, de educación, capacitación, salud, vivienda, agua potable, caminos vecinales, transporte etc. Solo es posible si se eliminan los impuestos que impiden directa o indirectamente la inversión privada. La idea que el Estado nacional puede dar solución a esta acumulación de necesidades de inversión solo puede existir en la mente de burócratas estatizantes que ignoran sus propias incapacidades. Es imposible el orden social y político con el 70% de la población empobrecida o en la indigencia.
El segundo es erradicar la corrupción, que destruye la economía, la cultura y valores sociales, y es la causante de la inseguridad pública y personal de la población. Se alcanzará con la participación de la ciudadanía, juzgando a los delincuentes en Juicios por Jurados.
Los temas anteriores no pueden ser postergados en su instrumentación ni pueden ser negociados con nadie. El respeto a la dignidad del ciudadano argentino los convierte en imperativos.
Los tres siguientes son institucionales, y fundamentales para afianzar el futuro de la Nación y del pueblo argentino. Tendrán apoyo ciudadano si se superan las urgencias anteriores. Un pueblo con necesidades diarias insatisfechas, no tiene posibilidad de pensar en el futuro nacional.
El tercer pilar es terminar con las “listas sábana”, en las que los representantes son de los partidos políticos, nombrados en contubernios de reparto de poder y prebendas. El pueblo vota sin saber a quien vota, no son sus representantes y no pueden controlar a los elegidos. La democracia, entendida como gobierno del pueblo, es una ficción en nuestro país.
El cuarto es la primacía de los derechos, garantías y libertades individuales, establecidos en los primeros 35 artículos de la Constitución de 1853/60, sobre cualquier disposición constitucional o legal que los alteren. El crecimiento desmesurado del Estado y las excesivas atribuciones del Gobierno Federal, están en permanente conflicto con los derechos personales y la prosperidad nacional.
El quinto es enmendar la Constitución Nacional, que carece de mecanismos de defensa contra los abusos de los gobernantes de turno, causantes del deterioro económico y social, de desvirtuar el espíritu republicano, anular la forma representativa, porque impide que el pueblo pueda elegir a sus representantes y destruir el sistema federal.
Los tres temas no se podrán resolver si no se resuelven los dos primeros, porque estos permitirán al pueblo independizarse de los políticos que los dominan, por su debilidad, dependencia, y urgencias de vida.
Los cinco pilares no son verdades reveladas, porque la sociedad es un organismo vivo, en permanente cambio. Pero sí son válidos porque en nuestro país hay temas que son social, moral y operativamente malos. Y no queda otra alternativa, a los que aman al país y a sus habitantes y sienten la responsabilidad que les cabe, que combatir frontalmente lo que es intrínsecamente perverso.

23/10/2006

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