La educación en nuestro país se ha convertido en un mecanismo de transmisión de conocimientos que está dirigido, administrado, e instrumentado por una ineficiente burocracia, carente de capacidad para controlar y corregir sus crecientes deformaciones. El deterioro del servicio de educación aparece en los diarios, que informan del abrumador porcentaje de alumnos que intentan ingresar a las universidades que son reprobados, el bajo nivel cultural y técnico de gran parte de los profesionales con matrícula universitaria, y hechos escandalosos en algunas universidades.
El actual sistema de educación no es mejorable con nuevas normas ordenadoras, porque no existen las condiciones para que sean respetadas. Solo hay un camino, que la civilidad intervenga en forma directa en la administración de los establecimientos educativos, tomando a su cargo la gestión del servicio, restableciendo la disciplina, y controlando los resultados de la labor educativa, liberando a los docentes de las tareas que no son propiamente de enseñanza. Es una responsabilidad civil de los ciudadanos.
En esencia, hay que restablecer la responsabilidad en todo el sistema y educar a los alumnos que sin responsabilidad personal y esfuerzo nada se consigue.
13/3/2006
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar
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