El sistema impositivo nacional es un lodazal, causante del estancamiento del país, la cultura de corrupción y otros males. Gobierno Federal y provincias pelean para conseguir una mayor parte de los impuestos, sin preocupación por su efecto devastador, sin costo político. Declaman que los impuestos deben pagarse para mantener el orden en la sociedad, ficción destruida por el deterioro trágico de la sociedad argentina.
El sistema impositivo debe invertirse, atribuyendo a las municipalidades la facultad de imponer las contribuciones, que deben ser aprobadas por sus habitantes, que conocen las reales necesidades, coordinando entre ellas su aplicación. Las municipalidades deben aportar a los gobiernos provinciales los recursos para atender sus gastos, y ellos coordinar los impuestos con las otras provincias. Finalmente las provincias aportan al Gobierno Federal los recursos necesarios para atender sus únicas responsabilidades: relaciones exteriores, defensa nacional, y control del cumplimiento de la Constitución. Es un giro de 180 grados.
Se requiere enmendar la Constitución Nacional.
1/11/2004
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
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