Nada hace la Presidenta para la “paz interior” con sus prédicas a pobres, indigentes y partidarios corruptos para que ataquen a sus contrarios políticos, despreciados como “ricos”. Tampoco tiene éxito en mejorar el “bienestar general” con sus propuestas de soluciones espectaculares a las carencias del país y de la población: después de anunciadas desaparecen, excepto las dádivas menores para conseguir votos. Se puede decir que no sabe que es lo que debe hacer, salvo que tenga objetivos ignorados por el pueblo y que el deterioro de la Nación lo considere conveniente a sus propósitos.
La evolución social y económica está en caída, y arrastra la figura presidencial. La acumulación de desequilibrios terminará en una explosión que impactará a la población y gravemente a pobres e indigentes. Es un error insinuar la renuncia de la Presidenta porque ella es la causante del deterioro, y la bomba debe explotarle en las manos, para que desaparezca de la política.
La oposición carece de un programa para el reordenamiento social, económico y político de la Nación: se recaerá en improvisaciones que originarán enfrentamientos internos, no dará soluciones a la población, se la culpará del desastre de la explosión y aparecerá la frase “son peores que los anteriores”, añorando el retorno de la Presidenta.
Si la oposición no tiene una Política Nacional, la Presidenta debe seguir.
12/10/09
Dr. Marcelo Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar
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