viernes, marzo 30, 2007

Compatriotas II

Las dirigencias

La dirigencia política y la corporación sindical ignoran y desprecian al pueblo.
Los dirigentes populistas, estatizantes, socialistas o corporativos consideran al pueblo una masa amorfa a la que hay que darle pan, circo, venderle ilusiones y hacerles donaciones electorales para conseguir sus votos. La expresión “hay que conseguir los votos de la gilada” define claramente su pensamiento corrompido.
Los dirigentes opositores que no conforman ese grupo siniestro, creen que es imposible producir un cambio en el país, porque el pueblo carece de discernimiento para saber elegir el gobierno que necesita el país y para recuperar los años de retraso social y económico
En ambos casos la responsabilidad del estancamiento del país, se la atribuyen al pueblo, por ser incapaz, incompetente, indolente, corrupto e incorregible.
La dirigencia sindical cuida su poder político y financiero, para lo que apoya políticas del gobierno que perjudican y avasallan al pueblo. Negocia su apoyo contra dinero, que utiliza en hacer política, dilapidación y corrupción.
Los ciudadanos solo valen por su voto. Después de cada elección quedan en la papelera de residuos. El pueblo debe ser respetado.

30/3/07

Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar

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