viernes, agosto 18, 2006

El Problema Argentino

El estancamiento del país y su retroceso económico y social en comparación con el resto de los países del mundo es un tema que la ciudadanía no termina de explicarse ni comprenderlo.
En los países más adelantados tampoco se llega a explicarlo.
Los que tienen memoria de lo sucedido en las últimas seis décadas, saben lo que pasó.
La sociedad argentina se desordenó políticamente y los gobiernos de turno tuvieron y tienen como objetivo central triunfar en las elecciones, con una parodia de democracia. Populismo, estatismo, socialismo arcaico, el pensamiento anticuado de dinosaurios políticos, y el abuso del poder impidieron la prosperidad. Todos los mecanismos, corruptelas, contubernios y la falsedad de los discursos políticos se convirtieron en válidos para triunfar. La dirigencia no tiene rumbo; fue y es maquiavélica. No respeta la dignidad del pueblo, ignorando su capacidad, creatividad y esfuerzo.
El problema argentino es el desorden en todas las actividades que están a cargo de un Estado omnipresente y depredador.
La población ha perdido principios morales y de integración social, inducida por las graves falencias de la dirigencia y la burocracia. Busca defenderse del deterioro que sufre en su vida diaria y en la carencia de expectativas para su futuro. Es una situación anárquica y potencialmente explosiva.
Lo que hay que hacer es ordenar la república.

16/8/2006
Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar

N.B.: Se autoriza su difusión.

1 comentario:

Marianito dijo...

Como argentino que ha vivido 27 años en ese país, creo que hay dos problemas fundamentales:
Uno inmediato, que es la carencia de garantías jurídicas que tienen los ciudadanos y que inconscientemente la sufren sin notarlo. El argentino es un individuo totalmente desprotegido. La justicia es absolutamente manoseada a gusto y piaccere del gobernante de turno. Por lo que creo que la última línea de defensa del ciudadano es virtual, no física y no esperable. De ahí que el argentino está culpando todo el tiempo a no sabe quién. No se da cuenta que el algo inmediato que falta es la confianza de que protegen su esfuerzo del día a día. Que lo protegen de negociados que estancan su economía, de leyes que van en contra de la educación y la salud a donde van dirigidos sus impuestos, de su seguridad física, del asistencialismo electoral, etc. Creo que se entiende el punto que quiero dar de este problema.

El otro problema es claramente educativo. De la educación surgen los valores morales de una sociedad. De la educación surge la solidaridad, la memoria colectiva, el respeto cotidiano, la tolerancia, la paciencia que protege del egoísmo económico. Una sólida educación, si bien no impide cometer errores, al menos evita que se repitan. Es la última herramienta de defensa a posteriori de la decadencia de una cultura. Ademitámoslo. Hasta el imperio romano cayó por su decadencia cultural, por qué no va a hacerlo la Argentina?

Siempre consideré a la Educación como el pilar básico de un país. Al punto que es excluyente. Pero como siempre Argentina da la nota y nos tiene acostumbrados a erigirse como excepción a la regla, es que considero, hoy día, que en algunas circunstancias, la justicia es el pilar más importante.
Un ciudadano desprotegido, que no confía en su injusta clase dirigencial, que no sabe a dónde injustamente se destinan sus impuestos, que le espera una injusta jubilación, que va a dejar un país injusto a sus hijos, que ve cómo injustamente trabaja como mula para estar cada vez peor, que considera injusta su vida, no hace más que reflejar que está desprotegido. Y evidentemente, lo primordial e inmediato es recuperar su confianza y que comience a pensar que su esfuerzo es por algo y que si alguien se lo quiere quedar, que tenga la plena confianza que otro alguien lo va a impedir.