La ineficiencia del Estado en cumplir sus responsabilidades produce, cada vez con mayor persistencia, la aparición de desastres que afectan a la población y al país.
La carne argentina es de la más alta calidad mundial pero por la aftosa ha empezado a ser prohibida su venta en algunos países.
La reaparición de la aftosa es un episodio más en el que el único responsable es el Gobierno Central, al que se le mandó erradicar el mal. El control sanitario, de vacunas, del contrabando, las exigencias a los productores, el movimiento de haciendas, etc. es obligación estatal. El Senasa se convirtió en el bombero después del incendio.
¿No tienen responsabilidad el Senasa, la Secretaria de Agricultura, la gendarmería, el Gobierno provincial, el productor, la aduana, el vendedor de vacunas? Todo es responsabilidad del Estado, y nadie puede asegurar que el hecho no se repita.
Las pérdidas para el país y los productores aún no se han cuantificado. Abogados y productores deben iniciar el estudio de las acciones legales para compensar los quebrantos ocasionados. La ineficiencia no debe seguir impune.
El control del riesgo de epidemia debe transferirse a las provincias.
16/2/2006
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar
N.B. Se autoriza su difusión.
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