Hay una constante social: el cambio del humor político de la ciudadanía, que es siempre inestable. En épocas políticas mas tranquilas, si el gobierno perdía una votación, se decía que era el “voto castigo”. En estos años de crisis y tensiones sociales incitadas con las mentiras, insensateces y tropelías del Gobierno, el cambio puede ser una estampida riesgosa.
“Nada es mas peligroso que un hombre justo luchando en defensa de sus derechos”. Debe evitarse llegar a la violencia en las calles.
En Grecia, Italia, España, Francia, y otros países europeos, la crisis hizo caer gobiernos; los gobiernos sucesores están políticamente jaqueados, sin que sus dirigencias políticas puedan ordenar el proceso, sin que nadie sepa cual es el camino que aceptará la ciudadanía y su costo social, y aparecen nuevos movimientos políticos instintivos que pueden ser impedientes y gravosos para recuperar la armonía y la prosperidad de la sociedad.
En Argentina no existe un movimiento político que tenga un programa para resolver el creciente descontento social y los problemas que se generarán con la crisis, siendo una irresponsabilidad ignorarlos.
Hoy, hay que trabajar en desentrañar y atacar las causas que generan la miseria y el deterioro moral e institucional, precisando las prioridades:- triplicar las exportaciones, combatir la corrupción y enmendar la Constitución.
Dr. Marcelo Castro Corbat
Centro Segunda República
segundarepublica@fibertel.com.ar
NB: Si vive en Argentina necesitamos recibir su opinión. Si coincide, difúndalo.
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