Para que Argentina y su población puedan reencausarse en la senda del progreso y del respeto de sus valores culturales, debe regir el federalismo.
El Gobierno Federal no tiene sustento territorial. Todos sus actos y leyes, tienen efecto en las provincias y en sus habitantes. La forma de gobierno “federal” del artículo 1° de la Constitución, ha sido anulada por las atribuciones que la misma Constitución le otorga a ese gobierno. Aparecen así nefastos impuestos que agobian a pobres e impiden la inversión productiva, un endeudamiento impagable, presupuestos dibujados, subsidios políticos a empresas y provincias, tipos de cambio artificiales, salarios de pobreza convenidos por la corporación sindical con el Gobierno, empobrecimiento de los jubilados, mantener al país en permanente emergencia pública, duplicación de organismos nacionales con provinciales, interferencia en las responsabilidades de gobiernos provinciales y municipales, etc., etc.
Con esas atribuciones, los resquicios legales y argumentos ilegítimos, el Gobierno Federal puede hacer cualquier cosa en el país, dominando provincias y municipios. El federalismo es una palabra sin contenido. Para instaurar el federalismo, el primer paso es prohibir al irresponsable Gobierno Federal imponer impuestos a la población, que es un derecho primario de los habitantes de provincias y municipios, enmendando la Constitución.
26/10/2007
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar
Objetivos: Reconstruir la Nación Argentina. Respetar la dignidad de los argentinos. Conseguir el poder político e institucional para hacerlo.
viernes, octubre 26, 2007
jueves, octubre 25, 2007
Perversa constitución de 1994
La Constitución Nacional que nos rige, permite destruir los principios fundacionales de la organización política y social de nuestro país, establecidos en el artículo 1°: “representativa, republicana y federal”.
La letra de la Constitución, sus interpretaciones, las leyes que en su consecuencia se dictan, los decretos que las reglamentan y los resquicios legales, han sumido al país en el desorden institucional en que vivimos.
Los miembros que componen el Poder Legislativo son representantes de los partidos políticos, que son sellos de goma de organizaciones de lucro y corrupción. El pueblo no tiene representantes.
La forma republicana se ha convertido en una autocracia, sin control del Parlamento, ni de la Justicia ni de la ciudadanía. Los abusos, la ineficiencia y la corrupción son noticia diaria.
El federalismo es una ficción por la intervención del Gobierno Federal en las provincias y por el poder económico que le otorga el aberrante sistema impositivo. Las provincias son vasallas y mendigas.
Debe limpiarse la Constitución, eliminando el requisito de llamar a una Convención Constituyente (Art. 30), de mala experiencia, remplazándolo por el sistema de enmiendas puntuales, aprobadas por el Congreso y las provincias. La enmienda del Art. 30 debería ser aprobada con consulta popular.
25/10/2007
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar
La letra de la Constitución, sus interpretaciones, las leyes que en su consecuencia se dictan, los decretos que las reglamentan y los resquicios legales, han sumido al país en el desorden institucional en que vivimos.
Los miembros que componen el Poder Legislativo son representantes de los partidos políticos, que son sellos de goma de organizaciones de lucro y corrupción. El pueblo no tiene representantes.
La forma republicana se ha convertido en una autocracia, sin control del Parlamento, ni de la Justicia ni de la ciudadanía. Los abusos, la ineficiencia y la corrupción son noticia diaria.
El federalismo es una ficción por la intervención del Gobierno Federal en las provincias y por el poder económico que le otorga el aberrante sistema impositivo. Las provincias son vasallas y mendigas.
Debe limpiarse la Constitución, eliminando el requisito de llamar a una Convención Constituyente (Art. 30), de mala experiencia, remplazándolo por el sistema de enmiendas puntuales, aprobadas por el Congreso y las provincias. La enmienda del Art. 30 debería ser aprobada con consulta popular.
25/10/2007
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar
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Reforma Constitucional
martes, octubre 23, 2007
Evolución de la educación
El deterioro de la educación estatal en los tres niveles educativos, es una consecuencia de la politización, que la ha penetrado durante décadas. La Reforma Universitaria de principios del siglo XX, desgraciadamente terminó alterando los principios básicos de la enseñanza y las conductas en la educación. El maestro es desairado como referente de ética, del cumplimiento de su deber, de ser ejemplo y en su responsabilidad en la formación ciudadana de los alumnos. Al árbol lo conocerás por sus frutos.
Algunos alumnos, parte de los padres y parte de egresados, vociferan contra maestros, directores, decanos y rectores, atribuyéndoles oscuras intenciones en perjuicio de la educación. Son combativos, cuantitativa y cualitativamente minúsculos, pero sobretodo son activistas políticos.
En los últimos sesenta años, el servicio de educación cayó en el desorden, por la falta de idoneidad de las autoridades para administrarlo, por la presión política electoral, últimamente ideológica, la caída del nivel docente, la corrupción y la falta de control de los resultados en la transmisión de conocimientos y en la educación ciudadana.
El deterioro sigue creciendo, con un Estado inepto para evitarlo. La necesidad nacional es que se delegue en la ciudadanía la administración y el orden en los establecimientos educativos, para construir el futuro del país.
23/10/2007
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar
Algunos alumnos, parte de los padres y parte de egresados, vociferan contra maestros, directores, decanos y rectores, atribuyéndoles oscuras intenciones en perjuicio de la educación. Son combativos, cuantitativa y cualitativamente minúsculos, pero sobretodo son activistas políticos.
En los últimos sesenta años, el servicio de educación cayó en el desorden, por la falta de idoneidad de las autoridades para administrarlo, por la presión política electoral, últimamente ideológica, la caída del nivel docente, la corrupción y la falta de control de los resultados en la transmisión de conocimientos y en la educación ciudadana.
El deterioro sigue creciendo, con un Estado inepto para evitarlo. La necesidad nacional es que se delegue en la ciudadanía la administración y el orden en los establecimientos educativos, para construir el futuro del país.
23/10/2007
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar
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Desarrollo Económico
domingo, octubre 21, 2007
Trágico presidencialismo latinoamericano
La mancha de los presidentes autocráticos se extiende en Latinoamérica. Atrás del Presidente-dictador cubano, aparecen las reformas constitucionales en Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, que lo que buscan es aumentar el poder y facultades presidenciales, convirtiéndolos en autócratas constitucionales y en camino a ser dictadores. En Argentina, la Constitución otorga al Presidente las atribuciones y poderes suficientes para ser un autócrata constitucional, como lo es en la actualidad.
Las naciones latinoamericanas con historia de gobiernos absolutos, copiaron el sistema presidencial de Estados Unidos, ignorando las diferencias históricas de preponderancia de los derechos y libertades individuales, de autonomía de los Estados, de respeto a la ley y que el gobierno es del pueblo. Nuestro presidencialismo fracasó, quedándose en el absolutismo colonial. España ha saltado del absolutismo a la democracia. Es el cambio que debemos producir en nuestras naciones, y que solo nosotros podremos concretarlo.
El camino es remplazar el presidencialismo por el sistema parlamentario, que la ciudadanía elija directamente a sus legítimos representantes, que el Parlamento designe y remueva al jefe de gobierno y que sus atribuciones no interfieran con la de los gobiernos provinciales.
21/10/2007
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar
Las naciones latinoamericanas con historia de gobiernos absolutos, copiaron el sistema presidencial de Estados Unidos, ignorando las diferencias históricas de preponderancia de los derechos y libertades individuales, de autonomía de los Estados, de respeto a la ley y que el gobierno es del pueblo. Nuestro presidencialismo fracasó, quedándose en el absolutismo colonial. España ha saltado del absolutismo a la democracia. Es el cambio que debemos producir en nuestras naciones, y que solo nosotros podremos concretarlo.
El camino es remplazar el presidencialismo por el sistema parlamentario, que la ciudadanía elija directamente a sus legítimos representantes, que el Parlamento designe y remueva al jefe de gobierno y que sus atribuciones no interfieran con la de los gobiernos provinciales.
21/10/2007
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar
Etiquetas:
Temas Sociales y Políticos
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