lunes, junio 18, 2012

DEFENDER A LOS TRABAJADORES



  Hace 70 años, (alrededor de 1944), el país era rico y los trabajadores  gozaban de los más altos ingresos mundiales per capita. Perón se hizo cargo de la Secretaría de Trabajo y Bienestar Social e impulsó lo que llamó la Justicia Social, luego devenida en justicialismo, peronismo, kirchnerismo y  los nombres creados por sus imaginarios y apócrifos herederos políticos.
Pasó que la ignorancia de la economía, el despilfarro, la corrupción, la corporación sindical, la destrucción de valorés éticos y derechos y el caos del Estado, generaron la crisis del año 1951, y desde entonces el país vive a los tumbos. En 2011, los trabajadores argentinos ganaban  la tercera parte de lo ganaban los de los 61 países que prosperaban. Ni el gobierno, ni la corporación sindical defienden a los asalariados; solo les ofrecen ajustes  compensatorios de la inflación y los mantienen en la pobreza o la indigencia.
El desorden mental de aquel Perón, fue creer que las leyes y el poder del Estado, eran la varita mágica para producir justicia social. Hoy, el diálogo es imposible con  los herederos apócrifos: charlatanes políticos irrecuperables. El Perón de la tercera presidencia comprendió la falacia de su primera época.
Para proteger del escándalo de la pobreza a los trabajadores, debe elevarse el salario real (no el nominal), lo que solo se conseguirá si penetra en el pueblo que el camino es  trabajar para triplicar las exportaciones.  

Dr. Marcelo Castro Corbat
Centro Segunda República
segundarepublica@fibertel.com.ar

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