El orden institucional en Argentina está quebrado. La Constitución permite tantas interpretaciones como abogados y políticos populistas o socializantes hay en el Congreso, y las leyes que se dictan en su consecuencia están diseñadas con esos matices. La autocracia presidencial: - da órdenes al Congreso, que la mayoría oficialista acepta aún violando la Constitución; - cajonea, o deforma las sentencias de la Corte Suprema de Justicia y - presiona a Jueces; el último escándalo fue proponer como Procurador General de la Nación a un abogado sin idoneidad.
Chávez, Correa, Morales, y Ortega utilizan la democracia para acceder al poder y, mantenerse en él con la corrupción, hasta destruir la democracia.
Salvador Allende, elegido por una minoría electoral del 36,6%, buscó resquicios legales para imponer su pretendido orden social; generó violencia y fue derrocado con el rechazo de la sociedad. El Gobierno que lo sucedió reordenó Chile convirtiéndolo en un país próspero, bajó el nivel de pobreza, y repuso la democracia. Hoy es ejemplo en Latinoamérica.
El Gobierno de Argentina también viola derechos, pero su objetivo parece más rastrero: generar tensiones sociales, ampararse con el poder y lucrar con la corrupción
Solo dejará pobreza y violencia social.
Dr. Marcelo Castro Corbat
Centro Segunda República
segundarepublica@fibertel.com.ar
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