El argentino Dr. B. Houssay, recibió el Premio Nóbel en Medicina por sus descubrimientos en Fisiología. En charlas privadas, decía que no sabía curar un resfrío. Era un ejemplo de humildad e integridad intelectual.
Por la explosión de la crisis económica en Europa han aparecido economistas de todo tipo y color, que dicen tener “la solución” para superarla, otros que no tienen solución y otros con ideas inverosímiles. Entre ellos se incluyen algunos de renombre mundial, galardonados con el Premio Nóbel, alto “rating” mediático y sorprendentes opiniones. Escribió un Nóbel: “es un error pretender superar la crisis con un ajuste a los ingresos de la población y a la actividad económica”.
Si los ingresos crecen más que la economía, crece el consumo, la especulación y el gasto público. Los sensatos labriegos saben que habrá crisis y ajuste. La opinión del Nóbel es como si defendiera la especulación en las hipotecas basura y en los “derivados” basura, que hicieron quebrar bancos en EEUU, en todo el mundo y que los Estados tuvieron que salir a socorrerlos.
La crisis no es económica ni financiera: es un desorden generado por la sociedad de los hombres, siempre insatisfechos, buscando cubrir todas sus apetencias de vida, que son eternas, crecientes e inalcanzables por sus limitaciones. Los economistas deberían ser humildes como los labriegos.
Dr. Marcelo Castro Corbat
Centro Segunda República
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