Sustitución de importaciones
Con la sobrevalución arbitraria del dólar, se cerró parcialmente la economía al comercio mundial, sustituyendo importaciones con producción nacional. Ese artificio tiene un costo: se generó un mercado cautivo para las empresas instaladas en el país y la desaparición de la competencia externa hace subir los precios a los consumidores. La calidad decae sin mejora de costos ni tecnología. Los que soportan la situación son los asalariados.
Aparece la perversa brecha entre ricos muy enriquecidos y el mantenimiento estructural de la pobreza. La defensa que se argumenta es que la sustitución de importaciones generó trabajo, demostrado con la disminución de la desocupación. Lo que no se informa es el empobrecimiento ciudadano.
Argentina ya hizo ardides similares, generadores del estancamiento del ingreso per cápita del pueblo. Se iguala para abajo. Las alternativas son, producir mas riqueza, con políticas sustentable en el tiempo o vivir con disimulos de corta vida, generadores de malestar social e inflación. Hay que optar por una de ellas.
Los empresarios argentinos deben demostrar su creatividad, trabajar esforzadamente, ahorrar, invertir en el país y competir en el mundo, para lo que están capacitados. Además exigir del gobierno que no les cree impedimentos. Lo que no deben hacer es sentarse sobre privilegios y defenderlos, argumentando que están protegiendo al pueblo argentino.
14/3/07
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar
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