El ser humano es una obra maestra. ¿Quines forman, cuidan, defienden e impulsan esa obra? La respuesta es una: las mujeres.
Las mujeres siempre vivieron para sustentar esa creación y a ello dedicaron su vida, conviviendo con dificultades, circunstancias, limitaciones, y esforzándose en superarlas. Para ello, son fuertes y enérgicas. Sin percibirlo construyen la civilización.
Hoy, como antes, la mujer sigue con su aporte al sustento de su obra, pero la diferencia actual es que su trabajo fuera del hogar, la aleja de ella. Los cambios sociales y los mayores requerimientos para completar su obra, le producen ese alejamiento.
En la crisis que atraviesa nuestro país, el hombre solo, no llega a cubrir las necesidades de la familia, situación que debe corregirse, para disminuir la carga de trabajo a la mujer para que pueda pulir su obra, lo que es esencial para la sociedad.
Se requiere un profundo cambio en la mentalidad política, que declama preocuparse por las madres y los niños, pero que en la realidad los ha hundido en la pobreza, indigencia y marginalidad. Mientras los políticos sigan utilizando a los pobres como sus vasallos electorales, la situación no cambiará.
1/6/2005
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
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