Todos los días aparecen en los medios, informaciones nuevas sobre casos de corrupción. Se involucra en ellos a las más altas autoridades gubernamentales, y a las de segundo nivel. Este espectáculo público denigrante penetra en la sociedad y como es inevitable, se convierte en una escuela de procedimientos ilegales para los niveles inferiores de la administración pública.
Las fuerzas de seguridad integran la sociedad, y no viven en una campana de cristal incontaminada. Conocen las ilegalidades de sus superiores, son penetradas por ellas, y aceptan que la escuela se difunda en sus inferiores.
También saben de la dilapidación de dineros públicos por motivos políticos electorales, la desactualización de sus remuneraciones, la prohibición de reprimir la violencia callejera, y la incapacidad de la Oficina Anticorrupción y del Poder Judicial para combatir la corrupción. El proceso de corrupción hace imposible la seguridad.
Los Juicios por Jurados Anticorrupción, la designación de fiscales por los ciudadanos y la penalización como infames traidores a la patria a los representantes del pueblo corruptos, son reformas legislativas imprescindibles.
30/5/2005
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar
Centro Segunda República
4815-8584
1 comentario:
Publicar un comentario