Las dictaduras no aparecen porque un grupo minúsculo de personas deciden apoderarse con mayor o menor violencia del poder. Son el resultado de la reacción del pueblo. Si una parte mayoritaria de la población vive en la pobreza, la miseria o con necesidades insatisfechas, aparece siempre la reacción.
Políticas socialistas, como dice Hayek, tienden inexorablemente a la dictadura, a las que añadimos las políticas populistas y corruptas, impulsoras de enfrentamientos violentos dentro del cuerpo social. Son inservibles las disposiciones constitucionales, como es el caso argentino, que sancionan gravemente los casos de quiebre del orden constitucional. El pueblo o los políticos pasan por arriba de esas disposiciones. La historia y el actual deterioro institucional de Latinoamérica lo demuestran.
Argentina reúne en este momento elementos con riesgo de quiebre del orden: una ciudadanía empobrecida y una política populista, socialista y corrupta, con un Presidente autócrata, proclive a tensionar los conflictos sociales.
Las necesidades y expectativas del pueblo deben resolverse, sin enfrentamientos sociales, ni despotismo. La prosperidad del pueblo es el objetivo inmediato.
8/6/2005
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
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